Un cuento chino

En el mundo del cine latinoamericano, el cine argentino ha destacado por grandes películas en toda su historia. Se podría rememorar grandes producciones galardonadas como La historia oficial (1985), Un lugar en el mundo (1992) El secreto de sus ojos (2009) o Relatos salvajes (2014).

Pero, cuándo hablamos de películas de comedia argentinas, ¿cuáles vienen a la memoria? Sorpresivamente, muchas se tratan de títulos nuevos con grandes éxitos taquilleros. Se podría mencionar algunas como Un novio para mi mujer (2008), Mi obra maestra (2018), El cuento de las comadrejas (2019) o El robo del siglo (2020). Sin embargo, algunas películas del popular Ricardo Darín aparecen en el panorama. Algunas de ellas no son comedias propiamente dichas como Nueve reinas (2000), aunque sí esconde un poco de este género. No obstante, una comedia que despierta mucho interés es, sin duda, Un cuento chino (2011).

En esta página te presentamos todos los temas de interés de esta producción cinematográfica. Te hablaremos sobre el reparto, la directiva, la producción, la recepción, los comentarios de estudiosos y críticos, así como otros datos relevantes.

Breve bienvenida al sitio web

Como fanáticos del cine argentino y las comedias nacionales, se ha creado un portal donde se hace un recuento de distintos datos existentes sobre esta gran película.

Dicho esto, invitamos al publico espectador a que disfrute conocer un poco más sobre esta interesante y curiosa película. Se trata de un filme que roza lo absurdo y lo satírico, lo cómico y lo trágico. En este portal tendrás datos que analizan esta obra y nos dan a conocer un panorama mucho más amplio en torno a esta misma.

¡No te pierdas toda la información que traemos y los datos de curiosidad de la película Un cuento chino!

Resumen general de Un cuento chino

Se trata de una película que empieza con dos historias en paralelo que se cruzan. Primeramente, vemos a Jun, un hombre chino enamorado quien le propondrá matrimonio a su novia. El día que se dispone a confesar la propuesta, se encuentra en una pequeña embarcación y, del cielo, cae una vaca sobre su novia, matándola al instante. Por otro lado, tenemos a Roberto, quien es un ferretero gruñón y malhumorado, quien tiene un pasado que lo atormenta como veterano de Malvinas; es un hombre que evita las relaciones sociales y se encuentra recluido en su propio mundo.

El destino conecta a los dos personajes. Luego de la muerte de su novia, Jun termina en Buenos Aires, perdido, sin conocer el idioma y en cierto nivel de desesperación. Viaja a esta ciudad buscando a su único familiar perdido, un tío que tiene muchos años sin ver. Entre todas estas penurias, el extranjero chino es asaltado en un taxi y luego arrollado en la calle, donde, ante todos estos episodios, se cruza con Roberto y comienza su historia juntos.

Tienen un gran problema ya que Jun no habla español y Roberto no entiende el chino. Entretanto, Roberto hace lo posible para asistir al desconocido. Lo lleva a una comisaría de policía buscando asistencia donde es ignorado; luego asisten a la embajada de la República Popular de China, donde no le extienden ninguna mano. Roberto frente a este panorama, a regañadientes, toma la decisión de llevarlo a su casa y darle cobijo por un corto tiempo mientras encuentra una forma de asistirlo.

Esta decisión tiene ciertas consecuencias. Roberto se ha vuelto un ermitaño que no disfruta de la compañía de otros y, en el ámbito personal, ha erigido reglas muy estrictas. La llegada de Jun, por supuesto, será un choque en su estilo de vida en primera instancia. Esto acarrea muchas complicaciones entre el ferretero argentino y el huésped chino.

Sus vidas estaban, de algún modo, destinadas a encontrarse. Ambos sufrieron grandes tragedias personales. Jun perdió a su prometida mientras que Roberto, luego de volver de la guerra, descubre que sus padres murieron, lo cual le trajo un gran pesar. Entre las grandes pérdidas de sus seres queridos y todas las penurias que les toca vivir, el conflicto que se genera entre lo absurdo y la soledad es lo que conecta a estos dos personajes, volviéndose muy cercanos uno con el otro.

En la película se reflexiona sobre la intimidad, los sentimientos y la tristeza. Se repara en los lazos invisibles que surgen con la comprensión hacia otros. Tanto Jun como Roberto encuentra en su contraparte la respuesta de sus problemas. Ven reflejado en el otro los conflictos que ellos mismos padecen.

Un cuento chino nos trae una película extraña, bizarra, absurda, pero con un gran mensaje de comprensión y solidaridad en el fondo. Su tráiler augura un film lleno de locuras y problemas extraños. Por ende, es una referencia obligatoria para los amantes de las comedias argentinas.

Cast, reparto y actores

Entre los aspectos más positivos de esta película (y que además despertó un gran interés por parte del público argentino) fue el reparto escogido. Entre ellos hacemos la mención de:

  • Ricardo Darín como Roberto
  • Ignacio Huang Sheng como Jun
  • Muriel Santa Ana como Mari
  • Iván Romanelli como Leonel
  • Enric Cambray como Roberto (más joven)
  • Vivian El Jaber como Rosa
  • Gustavo Comini como un chofer

La dirección de la película la encabeza el reconocido Sebastián Borensztein. Entre otras actuaciones, se incluyen las participaciones de Pablo Seijo, Joaquín Bouzas, Derli Prada, Liliana Cuomo, Pochi Ducasse, Kevin Schiele y Germán Rodríguez.

Ambientaciones y escenografía

El rodaje de Un cuento chino fue hispano-argentino. La primera fase de la película se filmó en la ciudad y la provincia de Buenos Aires para la mayor parte de sus escenas. Asimismo, obtuvo la colaboración de estudios como Pampa Films para hacer distintas tomas en las provincias argentinas.

Del mismo modo, en España se hicieron las tomas de la segunda parte de la película. Borensztein recurrió a los estudios cinematográficos de la Luz de Alicante para llevar adelante su producción. También obtuvo la colaboración de Tornasol Films, Aliwood Mediterráneo Producciones y Castafiere Films en materia de escenografía, ambientaciones y tomas para el video.

Entre algunas localidades que aparecen en el rodaje de Un cuento chino se pueden ver el Aeroparque de Buenos Aires, algunos sectores de Villa Devoto y el Barrio Chino de Belgrano. Por supuesto, muchas calles y paisajes de Alicante ayudaron al rodaje final de la película en cuestión.

Premios de Un cuento chino

La película dirigida por Sebastián Borensztein tuvo una gran recepción en el público argentino y, por supuesto, no se hicieron esperar los premios y los reconocimientos.

Entre los más destacados se podrían mencionar los premios Sur de la Academia del cine de la Argentina, entre los cuales se destacó como mejor película. Asimismo, Ricardo Darín se llevaría el galardón como mejor actor; y Muriel Santa Ana, por su parte, ganaría el premio como mejor actriz de reparto.

Entre otros reconocimientos, los Premios Goya de la Academia de España le otorgarían un lugar a esta película como representante de Argentina. En este certamen se llevaría el premio de Mejor Película Iberoamericana. Con ello también ganó la posibilidad de ser parte de la votación en la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina.

Comentarios de la prensa y revistas sobre Un cuento chino

Por supuesto, con una película tan premiada y, claro está, como todas las películas donde Darín es estrella, los medios de comunicación centran su atención en dichas producciones. Un cuento chino no fue la excepción.

La prensa argentina e internacional ofrecieron en su momento una gran cobertura a esta película. Entre los comentarios que podemos aprecia destacamos algunos de ellos:

  • La Voz: recoge muchísimos reportajes sobre esta película, pero uno de ellos es especialmente interesante. Ricardo Darín ofrece algunos testimonios para el periódico, haciendo saber que hay un principio en la película que explica todos los sucesos de la trama: el reírse de las adversidades. La nota, titulada “Reírse de las calamidades es muy argentino” comenta que Un cuento chino es la concatenación de sucesos desastrosos, justificados por la risa y la sátira, haciendo de esta película algo muy argentino.
  • Letralia: la famosa revista de humanidades en internet, hace una reseña de esta película. En su número 284, desde Cagua, Venezuela, M. Ramírez comenta sobre esta interesa obra. Habla sobre lo pragmático y lo elíptico de los episodios de la película, en los cuales, el azar se convierte en un hilo conducto de la trama.
  • La Unión: La atención que recibió Un cuento chino no se quedó en el año 2011. Luego de 10 años, La Unión rememora esta película con mucho agrado. En su iniciativa de “Aguante el Cine”, una suerte de sección que se enfoca en estudiar el cine nacional, recomienda al público ver una vez más esta película. Comenta que la Televisión Pública se propone presentar una serie de filmes clásicos argentinos entre los que, por supuesto, Un cuento chino aparece en el listado de opciones. Tomando en consideración su tono jocoso y la impresión positiva del público de hace una década, es una opción que recomiendan.
  • La vanguardia: otro dato curioso con respecto a la prensa lo recoge el diario colombiano Vanguardia, el cual comenta que, luego de ganar los Premios Goya como Mejor Película Hispanoamericana, logró llegar a los cines colombianos. Esto, según afirmaciones de este medio de difusión de información, es una gran hazaña. Tomando en consideración que, por un motivo u otro, las películas iberoamericanas tienen poca difusión en su mismo continente, Un cuento chino logró aparecer en diferentes cadenas de cine del país cafetero.

Recepción en Argentina y el mundo

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Esta película, cabe destacar, tuvo un número de espectadores muy numeroso, pero, al mismo tiempo, recibió muchas críticas. Sus primeras 10 semanas en el cine para el año 2011, según las ventas en taquilla, recibió un aproximado de 90mil a 100mil espectadores en Buenos Aires. Igualmente tuvo cierta recepción en el extranjero.

Al igual que muchas películas argentinas con cierto componente de comedia, como Relatos Salvajes o La odisea de los giles, son producciones que captan mucho público. La recepción en la mayoría de los casos es favorable debido a la cercanía social-cultural con el público nacional. Sin embargo, en el ámbito académico y de recepción internacional, el escenario cambia.

Portales como Medios la calificaría con puntuación 2,9 / 5 y Sensacine 2,5 / 5, haciéndola parecer una obra cuestionable.

Entre la crítica surgieron diferentes comentarios. Carlos Boyero para el diario El País la calificó como una película que, en el argumento, parece ser retórica y sensible, sin serlo en sí misma. Sin embargo, la interpretación de Ricardo Darín da un aire renovado e invita a verla.

Otros comentarios, tales como el de Oti Rodríguez Marchante para el Diario ABC la tilda de “agridulce”. Uno de los puntos que rescata de la película es la construcción de los personajes, entre los cuales, el de Roberto, interpretado por Darín, destaca como un rol que es acorde al perfil del actor.

Entre otras observaciones, Diego Lerer para el Clarín comenta que las confusiones de la película llegan a lo excesivo, pero no deja de ser una película efectiva y con un carácter de introspección dramática.

Un elenco que invita a conocer más sobre el cine argentino

Muchos miembros del elenco de Un cuento chino son figuras muy conocidas en el cine nacional argentino. Por supuesto, la presencia se Ricardo Darín en el papel protagónico hace mucho más atractiva esta película.

Justamente, se conoce a Ricardo Darín por películas tan famosas como El faro del sur (1998), dirigida por Mignogna; El mismo amor, la misma lluvia (1999), El hijo de la novia (2001), Luna de Avellaneda (2004), El secreto de sus ojos, (2009), todas de Campanella; Kamchatka (2002), de Piñeyro; y otras filmografías más recientes como Relatos Salvajes (2014), de Szifron.

En El Aura (2005), película escrita y dirigida por Bielinsky, Darín le da vida a un personaje que encuentra su perdición tras planear un atraco a las ganancias de un hotel casino, donde nada sale según lo planeado. Definitivamente una de películas de casino.

Cabe destacar que la película La odisea de los giles (2019), la cual fue un éxito de ventas en Argentina, también fue dirigida por Sebastián Borensztein, el mismo directo de Un cuento chino.

Asimismo, tanto Darín como Borensztein se reencontraron reiteradas veces con muchos actores y actrices exitosos que aparecieron en Un cuento chino, así como otras películas. Algunos de ellos serías: Tato y Alejandro Bores, Paula Siero y Muriel Santa Ana. Todo ellos son grandes figuras del cine nacional con amplísimo reconocimiento.

Algunos comentarios de actores y directores

Al ser una película taquillera, tuvo mucha recepción por parte del público. No se hicieron esperar las entrevistas y los comentarios hacia el elenco y el equipo de producción.

Luis Muñoz Díez para Culturamas recoge unas entrevistas que llaman mucho la atención y ofrecen al público algunas luces del detrás de cámaras de esta película.

Entre algunas preguntas hechas a Ricardo Darín (y sus respuestas) encontramos la opinión del propio actor sobre la película y si la considera una comedia. El actor responde que la considera una película disfrazada de comedia, pero que, en realidad, habla de la soledad, de bloqueos emocionales y sentimientos.

Cuanto le preguntaron sobre lo disparejo de su personaje con otros roles que había interpretado, el cual ya no enmascara ápices de galán, responde Darín que el personaje de Roberto fue un golpe de realidad en su puerta. La película lo saca de su zona de confort al no considerarse un cómico, pero eso no fue un impedimento para querer tomar el papel.

Muñoz Díez también recoge algunos testimonios de Sebastián Borensztein, directo del film. Borensztein afirma con una reflexión que no se explican ciertas cosas que pasan en la realidad. Entre ellas que Argentina e Inglaterra se enfrentaran en un conflicto armado a finales del siglo XX y que una vaca caiga del cielo. No obstante, la película busca que dos personas de dos extremos culturales e idiomáticos sean el punto de equilibrio de un mismo problema: la soledad.

Datos curiosos sobre su filmación

Algunos estudios académicos sobre esta película, tal como la investigación Los inmigrantes en el cine argentina. Panorama general y estudio de un caso actual: Un cuento chino, 2011, de Estela Erausquin, explica que la comedia de esta película se organiza a partir del absurdo. Sin embargo, comenta Erausquin, lo absurdo no se limita únicamente a referir fenómenos extraños y sinsentido, siguiendo la teoría francesa tradicional (Albert Camus como su gran representante). En cambio, apela a un mundo que trasgrede la comedia de las equivocaciones y conecta el absurdo con lo temible y la pesadilla. Lo inapropiado (los sesgos xenofóbicos, el choque lingüístico y cultural) detonan un problema muy complejo, el cual promueve una idea muy novedosa en este género.

Entre otros aspectos curiosos, según la revista Vaniti Fair, siguiendo las palabras del propio director, la película de Borenszteins tuvo mucha influencia del cine de Jean Pierre Juenet, donde el componente fantástico-realista (disímil en sí mismo) es la justificación de los problemas en la trama.

Entre otros datos curiosos, comentaba Borensztein que la filmación fue todo un reto, en especial cuando se debían hacer tomas en espacios públicos. Buenos Aires, una ciudad concurrida, llena de gente y con mucho tránsito a toda hora, volvieron de esta tarea todo un desafío. Comentaba para el diario El Clarín que, entre las escenas más difíciles de grabar, las del Barrio Chino fueron las más exigentes. Esto se debe a que se trata de un punto turístico de la ciudad de Buenos Aires con mucha afluencia de público, lo cual complicaba las tomas. En cambio, afirma también el director, las tomas realizadas en Villa Devoto, también en la Ciudad de Buenos Aires, fueron una experiencia muy positiva y edificante, donde los vecinos se juntaban para ayudar en la producción.

Trasfondos de la película

La película se enviste como una tragicomedia llena de periplos y complicaciones tanto para Jun como Roberto. No obstante, estos accidentes son los que permiten entender el lazo extraño que uno a los dos protagonistas.

Existen ciertos elementos en la película que van organizando el entramado de la historia. No es casual que Roberto, entre sus hábitos inusuales, recopile recortes de periódicos con noticias insólitas entre las que, por supuesto, se encuentra con la nota de una mujer aplastada por una vaca en Asia. Luego se enterará de que el protagonista de este episodio aparecerá en la puerta de su casa algún día.

Entre otros trasfondos, la barrera idiomática no es un tema menor. Pareciera que ella representa la distancia —y en algunos casos la barrera— de la población argentina frente a la comunidad china. Según comentan muchos medios como la Revista Cultural Ecos de Asia, existe en este país una gran población asiática, predominantemente china, taiwanesa y japonesa. Sin embargo, el desinterés de los ciudadanos porteños por los menesteres de estos grupos (en el caso de la película, simbolizados con Roberto y sus allegados) hacen que se vean de algún modo marginadas dichas comunidades. Se aprecian ejemplos de ello en la película con las críticas que recibe Roberto por tener un nuevo asistente chino o los múltiples comentarios condenatorios de la sociedad hacia Jun.

La misma revista repara en ciertas moralejas que ofrece la película con respecto al racismo y la xenofobia. Llaman a esta actitud un “mal endémico muy enraizado en la sociedad bonaerense y, por extensión, argentina”. Esta película toma ciertos perjuicios existentes en el imaginario cultural argentino, y, muy sutilmente, hace una crítica a estas perspectivas profundamente incrustadas en la sociedad para condenarlas.

Consideraciones finales

Esta película recupera elementos que la hacen ser una producción única del cine argentino para estudiar y analizar. Tiene muchos elementos que la hacen una obra interesante y, dentro del género de la comedia (muy propio del cine argentino), tiene su carisma singular.

Un aspecto que parece importante destacar es el componente absurdo de la película. Un cuento chino comienza con la caída de una vaca del cielo, la cual mata a la novia de Jun en Fucheng. A este episodio se suman otros pasajes que complejizan este hecho y hacen mucho más interesante su argumento.

Es importante señalar que la recepción y los galardones fueron numerosos, pero las críticas en muchos casos no han sido favorables; asimismo, los comentarios de estudiosos del cine, muchas veces, fueron desfavorable. Sin embargo, esto no quita el hecho de que es una producción tragicómica, disfrazada de absurda, que invita a la reflexión. Un cuento chino es algo más que solo una comedia argentina: se trata de una mirada personal sobre los sentimientos y el dolor.

En definitiva, recomendamos ampliamente esta película. Se debe incluir en el repertorio de obras vistas por los fanáticos del cine argentino e hispanoamericano.