Valle de Tempe
Tempe (en griego: Τέμπη, pronunciación clásica: Témpē; moderna: Témbi) es un valle de Grecia situado en la región de Tesalia, unos 35 kilómetros al noreste de Larisa. Se encuentra entre los montes Olimpo —al norte— y Osa —al sur— enmarcado en un desfiladero por donde discurre la cuenca inferior del río Peneo.[1]
Valle de Tempe | ||
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Ubicación | ||
País | Grecia | |
Coordenadas | 39°52′22″N 22°32′48″E / 39.872778, 22.546667 | |
Características | ||
Tipo | Valle | |
La denominación de Tempe tradicionalmente designa la sección inferior del valle, de unos 10 km[2] en donde el Peneo antiguamente formaba una laguna y en la actualidad forma un pequeño delta antes de desembocar en el golfo Termaico del mar Egeo. Entre las principales localidades del valle destacan Gonni y Omolio.
El pequeño valle aún mantiene su notable atractivo paisajístico, al que se añade un importante centro religioso: la iglesia de Agia Paraskevi (santa Parasceva de Roma), situada al lado de una pequeña cueva y próxima a dos manantiales, a la cual acuden muchos peregrinos principalmente en la fecha del 26 de julio.[3]
En la actualidad el Tempe es cruzado por la ruta nacional griega n.º 1 (Eurorruta 75)[4] y, mediante un importante túnel construido en el año 2004, por la línea de ferrocarril que comunica Salónica con Atenas.
Modernamente se le llama Licóstomo (boca de lobo).[5]
Historia
editarDurante la segunda guerra médica (480 a. C.), ante la inminencia de la invasión de Jerjes, los griegos enviaron una fuerza para defender el paso de Tempe y bloquear la entrada en Tesalia, pero al enterarse de que los persas podían utilizar otro paso montañoso distinto para efectuar su entrada, decidieron volver y bloquear el paso de las Termópilas, situado a la salida de Tesalia.[6]
El valle del Tempe era el principal paso entre Macedonia y la Grecia meridional razón por la cual el rey Perseo lo hizo guarnecer con fortificaciones en el 171 a. C.[7] Así, estaba defendido en cuatro lugares: en Gonos, en Cóndilo, en Carax y en la zona más estrecha del valle.[8]
Mitología
editarLa génesis u orografía del valle del Tempe era atribuida por los antiguos griegos a un movimiento sísmico provocado por Poseidón.[9] Sin embargo dada su especial fertilidad el valle estaba consagrado al dios Apolo y a las musas, motivo por el cual los habitantes de Delfos recogían en este valle los laureles —considerados sagrados— para realizar las «láureas» o coronas que se daban a los triunfadores en los juegos Píticos.[10] Por otra parte, la mitología griega, además de considerar que Apolo fue a Tempe para perseguir a la serpiente Pitón o para purificarse de su muerte,[11] ubicaba en Tempe el mito de Aristeo y Eurídice.[12]
Literatura
editarEl lugar aparece descrito en las obras de Teopompo, Eliano y en la Historia natural de Plinio el Viejo, y su belleza fue celebrada por Virgilio en sus Églogas, y, sobre todo, en sus Geórgicas. Evocando a Virgilio, los escritores románticos y neoclásicos de los siglos siglo XVIII y XIX utilizaron la palabra «tempe», de forma retórica, como sinónimo de lugar bucólico, feraz y ameno.[13]
Otros lugares
editar- Otros valles han llevado el nombre de Tempe, como el valle del río Heloros en Sicilia[14] y el valle del río Velino, cerca de Rieti.[15]
- Se ha denominado y en ocasiones se sigue denominado poéticamente Tempe Argentino al Delta del Paraná.[16]
- También —y siempre evocando al valle griego— recibe el nombre de Tempe una ciudad próxima a Phoenix en Arizona.
Galería
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El río Peneo a su paso por el valle del Tempe en una antigua postal
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Puente colgante de acceso al monasterio
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Monasterio de Agia Paraskevi
Referencias
editar- ↑ Estrabón, Geografía, IX, 5, 2.
- ↑ Estrabón, Geografía: libros VIII-X, p. 345, nota 569 de Juan José Torres Esbarranch, Madrid: Gredos (2001), ISBN 84-249-2298-0.
- ↑ «Agia Paraskevi – Tempe: La consagración milagrosa y la gran celebración de la Ortodoxia», artículo en diaforetiko.gr (en griego)
- ↑ «Los túneles en el valle del Tempe», artículo en es.euronews.com
- ↑ «Tesauro. Historia antigua y mitología». Consultado el 13 de febrero de 2023.
- ↑ Heródoto, Historias, VII, 172-175.
- ↑ Tito Livio, Ab Urbe condita, XLII, 54; XLII, 67.
- ↑ Tito Livio, Ab Urbe condita, XLIV, 6.
- ↑ Heródoto, Historias, VII, 129.
- ↑ Claudio Eliano, Historias curiosas, III, 1.
- ↑ Plutarco, Cuestiones griegas, 293C.
- ↑ Virgilio, Geórgicas, IV, 317.
- ↑ Curtius, Ernst Robert (1955). Literatura europea y Edad Media latina. (Antonio Alatorre y Margit Frenk Alatorre, trads.) I. México: Fondo de Cultura Económica. pp. 284-5.
- ↑ Ovidio, Fastos, IV, 477.
- ↑ Cicerón, Cartas a Ático, IV, 15.
- ↑ Marcos Sastre, El Tempe argentino