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Friedrich Nietzsche

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Friedrich Nietzsche

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Friedrich Nietzsche (Röcken, cerca de Lützen, 15 de octubre de 1844 – Weimar, 25 de agosto de 1900) fue un filósofo, poeta y filólogo alemán.

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  • «Amamos nuestro deseo, y no aquello que deseamos».[1]
  • «Amo a quien quiere algo superior a él, aunque en tal empeño sucumba».[2]
  • «Detrás de la conciencia trabajan los instintos».[3]
  • «El cristianismo dio de beber veneno a Eros: este, ciertamente, no murió, pero degeneró convirtiéndose en un vicio».[5]
  • «El hombre es una cuerda tendida entre la bestia y el superhombre: una cuerda por encima de un abismo».[6]
  • «El que no sabe poner sus ideas en hielo no debe acalorarse en la discusión».[7]
  • «El que nos encontremos tan a gusto en plena naturaleza proviene de que ésta no tiene opinión sobre nosotros».[8]
  • «El temor es la madre de la moralidad».[9]
  • «La felicidad de sufrir es la que determina la sabiduría».[10]
  • «Las calumnias son enfermedades de los demás que se manifiestan en nuestro cuerpo».[11]
  • «Pongo siempre en mis escritos toda mi vida y toda mi persona; ignoro lo que pueden ser los problemas puramente intelectuales».[13]
  • «¿Qué dosis de verdad puede soportar un hombre?».[14]
  • «¿Qué te dice la conciencia? “Debes convertirte en lo que eres”».[15]
  • «Quizá puedan referirse todos los instintos morales al querer tener y al querer conservar».[16]
  • «Todo lo que no me hace morir me hace más fuerte».[17]
  • «¿Vas con mujeres? No olvides el látigo».[19]
  • «Yo no podría creer sino en un Dios que supiera danzar».[20]

Citas de sus obras

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El nacimiento de la tragedia desde el espíritu de la música (1872)

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  • «Nada hay más temible que una clase bárbara de esclavos que ha aprendido a considerar su existencia como una injusticia y que se dispone no sólo a vengarse a sí misma, sino a todas las generaciones anteriores».[21]
  • «El pensar es capaz no sólo de conocer, sino incluso de corregir el ser»
  • «La sabiduría consiste en el saber. No se sabe nada que no se pueda expresar y de lo que no se pueda convencer a otro»

Sobre verdad y mentira en sentido extramoral (1873)

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  • «... cuán lamentable, cuán sombrío y caduco, cuán inútil y arbitrario es el aspecto que tiene el intelecto humano dentro de la naturaleza; hubo eternidades en las que no existió; cuando de nuevo se haya acabado, no habrá sucedido nada. Pues no hay para ese intelecto ninguna misión ulterior que conduzca más allá de la vida humana».[22]

Humano, demasiado humano (1878-1879)

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  • «La ventaja de la mala memoria es que se disfruta varias veces de las mismas cosas por primera vez».[23]
  • «Los insectos pican, no por malicia, sino porque también ellos quieren vivir: lo mismo hacen nuestros críticos; no quieren nuestro dolor, sino nuestra sangre».[24]

La gaya ciencia (1882)

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  • «—¿Adónde está Dios? —gritó él—, ¡os lo voy a decir! Lo hemos matado, ¡vosotros y yo! ¡Todos nosotros somos sus asesinos!»
    [Wohin ist Gott? rief er, ich will es euch sagen! Wir haben ihn getödtet, ihr und ich! Wir Alle sind seine Mörder!].[25]
  • «No somos de esos que solo entre libros, al impulso de libros, llegan a pensar; nuestra costumbre es pensar al aire libre, caminando, saltando, escalando, bailando, sobre todo en montes solitarios o junto al mar, allá donde los mismos caminos se vuelven pensativos».
    [Wir gehören nicht zu Denen, die erst zwischen Büchern, auf den Anstoss von Büchern zu Gedanken kommen unsre Gewohnheit ist, im Freien zu denken, gehend, springend, steigend, tanzend, am liebsten auf einsamen Bergen oder dicht am Meere, da wo selbst die Wege nachdenklich werden].[26]

Así habló Zaratustra (1883, I y II; 1884, III; 1885, IV)

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Página principal: Así habló Zaratustra
  • «Es de noche. ¡Oh duro destino de ser luz! ¡Oh sed de lo oscuro! ¡Oh soledad! Así cantaba Zaratustra».[27]
  • «Médico, ayúdate a ti mismo, así ayudarás también a tu enfermo. Sea ésa su mejor ayuda, para que vea con sus propios ojos a quien se cura a sí mismo»
  • «Miles de senderos hay que aún no han sido hollados; miles de formas de salud y de islas ocultas de la vida. Aún está el hombre sin agotar y sin descubrir, y la tierra del hombre»

Más allá del bien y del mal (1886)

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  • «Cuando miras mucho tiempo el interior de un abismo, el abismo también mira tu interior».[28]
  • «Quien con monstruos lucha cuide de no convertirse a su vez en monstruo. Cuando miras largo tiempo a un abismo, el abismo también mira dentro de ti».[28]

El Anticristo, maldición sobre el cristianismo (1888)

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  • «... Hacer todas las cosas vanas: tal fue siempre la obra de los alemanes. La Reforma; Leibnitz; Kant y la llamada filosofía alemana; las guerras de liberación; el Reich; cada vez un en vano de algo que iba a realizarse, para alguna cosa irreparable. Estos alemanes son mis enemigos, lo confieso; en ellos desprecio yo toda una especie de impureza de ideas y de valores, de vileza frente a todo sincero sí y no».[29]

Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es (1889)

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  • «Cuando alguien quiere escapar a una presión intolerable necesita hachís. Pues bien, yo necesitaba Wagner. Wagner es el contraveneno “par excellence” de todo lo alemán –veneno– no lo niego».[30] (p. 15)
  • «El llegar a ser lo que se es presupone el no barruntar ni de lejos lo que se es».[30] (p.17)
  • «Estar sentado lo menos posible; no dar crédito a ningún pensamiento que no haya nacido al aire libre y en movimiento libre, en el cual no celebren una fiesta también los músculos. Todos los prejuicios proceden de las tripas. La carne sedentaria —ya lo dije una vez— es el auténtico pecado contra el espíritu santo».[30] (p.11)
  • «Las cosas que la humanidad ha tomado en serio hasta este momento no son ni siquiera realidades, son meras imaginaciones o, hablando con más rigor, mentiras nacidas de los instintos malos de naturalezas enfermas, de naturalezas nocivas en el sentido más hondo; todos los conceptos «Dios», «alma», «virtud», «pecado», «más allá», «verdad», «vida eterna». Pero en esos conceptos se ha buscado la grandeza de la naturaleza humana, su «divinidad»».[30] (p.18)

Crepúsculo de los ídolos, o cómo se filosofa con el martillo (1889)

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  • «Aun el más animoso de nosotros sólo raras veces tiene ánimo para lo que él propiamente sabe».[31]
  • «¿Cómo se mide la libertad en los individuos y en los pueblos? Por la resistencia que hay que vencer, por el esfuerzo que cuesta mantenerse arriba».[31]
  • «Hay algunas verdades en las que el valor de una cosa no consiste en lo que se obtiene al conseguirla, sino en lo que nos cuesta alcanzarla».[31]
  • «La belleza no es un azar. La belleza de una raza o de una familia, su gracia y su bondad en todos los ademanes no son también cosas que se logran con el trabajo; son, como el genio, el resultado de un trabajo que se ha ido acumulando generación tras generación».[31]
  • «La ociosidad es el comienzo de toda psicología. ¿Cómo?, ¿sería la psicología un vicio?».[31]
  • «No hay nada más condicionado, e incluso más limitado, que nuestro sentido de la belleza».[31]
  • «No hay nada que se dé menos entre los moralistas y los santos que la sinceridad; aunque digan e incluso crean lo contrario». [31]

[33][34]

Citas de su epistolario

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  • «Más allá de la lucha entre las naciones, lo que nos ha aterrado es aquella cabeza de hidra internacional que repentinamente hizo su temible aparición, como anuncio de luchas futuras muy distintas».[35]

Citas sobre Nietzsche

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  • «El conocimiento y el ejemplo de Nietzsche fueron que la filosofía no es una abstracción fría, sino una experiencia vital, un sufrimiento y un sacrificio en favor de la humanidad».[36]
  • «El filósofo de la abominable Alemania hitleriana es el Nietzsche malo, borracho de darwinismo, un Nietzsche que ni siquiera es alemán. El último gran filósofo de Alemania, el más escuchado por los doctos, es el casi antípoda de Nietzsche, Martin Heidegger, un metafísico de la humildad. Quienes, como Heidegger, creen en la profunda dignidad del hombre, no piensan mejorarlo exaltando su animalidad. El hombre heideggeriano es el antipolo del germano de Hitler».[37]

Referencias

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  1. Señor (1997), p. 137.
  2. Bartra (1994), p. 223.
  3. Señor (1997), p. 378.
  4. Palomo (2013), p. 265.
  5. Senosiáin, Serafín. El cuerpo tenebroso, p. 75. Editorial Pre-Textos, 1981, ISBN 9788485081400.
  6. Bartra (1994), p. 223.
  7. Señor (1997), p. 291.
  8. Señor (1997), p. 416.
  9. Señor (1997), p. 378.
  10. Bartra (1994), p. 223.
  11. Bartra (1994), p. 223.
  12. La filosofía en la época trágica de los griegos (1873) Nietzsche, Friedrich (1999). Luis Fernando Moreno Claros, ed. La filosofía en la época trágica de los griegos. Valdemar. ISBN 9788477022619. Consultado el 3 de agosto de 2022 en Google Libros. 
  13. Martínez Estrada, Ezequiel. Heraldos de la verdad: Montaigne, Balzac, Nietzsche, p. 226. Editorial Nova, 1958.
  14. Señor (1997), p. 552.
  15. Bartra (1994), p. 223.
  16. Señor (1997), p. 378.
  17. Bartra (1994), p. 223.
  18. Brennot, Philippe (2000). Punto de lectura (Suma de Letras), ed. El genio y la locura (or. Le génie et la follie) (3ª edición). Barcelona. p. 107. ISBN 84-663-0139-9. 
  19. Bartra también selecciona esta otra: «¡La felicidad es una mujer!». Ver: Bartra (1994), p. 223.
  20. Bartra (1994), p. 223.
  21. Nietzsche, Friedrich W. «Die Geburt der Tragödie», en Werke, vol. I, p. 100. Karl Schlechta, ed., Fráncfort, Ullstein, 1979.
  22. Mejía Quintana, Oscar. El posestructuralismo en la filosofía política francesa contemporánea: presupuestos, críticas y proyecciones, p. 189. Univ. Nacional de Colombia, 2004. ISBN 9789587014198.
  23. Valesi (2012), p. 94.
  24. Susan Ratcliffe, ed. (2018). Oxford Essential Quotations (6.ª edición). Oxford University Press. ISBN 9780191866692. «Insects sting, not out of malice, but because they too want to live: likewise our critics; they want, not to hurt us, but to take our blood.» 
  25. Nietzsche, Friedrich. «125. El loco». La gaya ciencia (en alemán). 
  26. Nietzsche, Friedrich. «366. En vista de un libro erudito». La gaya ciencia (en alemán). 
  27. Bartra (1994), p. 226.
  28. 28,0 28,1 Santiesteban Oliva, Héctor (2003). Plaza y Valdes, ed. Tratado de monstruos: ontología teratológica. p. 55. ISBN 9789707222595. 
  29. Colección de Friedrich Nietzsche, en LXI. p. 457. e-artnow, 2015.
  30. 30,0 30,1 30,2 30,3 «Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es». Biblioteca universal. 
  31. 31,0 31,1 31,2 31,3 31,4 31,5 31,6 Nietzsche, Friedrich W. Crepúsculo de los ídolos o cómo se filosofa con el martillo. Alianza Editorial, ISBN 84-206-3395-X.
  32. Bartra (1994), p. 225.
  33. "Nietzsche, el músico frustrado que inspiró a los compositores". Pardo Porto, Bruno. ABC del 28 de mayo de 2018.]
  34. Oxford Essential Quotations, Ratcliffe, Susan 6.ª ed. Oxford University Press, 2018. ISBN 9780191866692.
  35. Carta a su amigo el barón Carl von Gersdorff (21 de junio de 1871), semanas después de la Guerra franco-prusiana y de la Comuna de París. Friedrich W. Werke, vol. IV, pp. 1042-1043. Karl Schlechta, ed., Fráncfort, Ullstein, 1979.
  36. La filosofía de Nietzsche a la luz de nuestra experiencia (1947)Mann, Thomas (2000). Schopenhauer, Nietzsche, Freud. Madrid: Alianza Editorial. p. 135. ISBN 84-206-3912-5. 
  37. Notas inactuales a la manera de Juan de Mairena, en Los complementarios (1957), página 193.Machado, Antonio (1968 (2.ª ed.). Los complementarios. (Selección de Guillermo de Torre). Losada. 

Bibliografía

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  • Ortega, Arturo. El gran libro de las frases célebres. Penguin Random House Grupo Editorial. México, 2013. ISBN 6073116314, 9786073116312. En Google Books.
  • Señor, Luis (1ª ed. 1997 / 2017). Diccionario de citas. Espasa Calpe. ISBN 8423992543. 
  • Valesi, Esteban (2012). Friedrich Nietzsche. La máscara de Dionisos. Buenos Aires: Ediciones Lea. ISBN 978-987-634-528-6.