Los mejores préstamos personales de hasta 60.000€ para cubrir todos tus gastos

Respuesta corta: Sí.

Respuesta larga: Sí, varios de los préstamos personales que aparecerán en el listado que te enviará nuestro comparador pertenecen a entidades en las que no es necesario ser cliente de forma previa ni contratar productos adicionales para que te concedan financiación.

En buena medida, esto se debe a que algunas de esas entidades son establecimientos financieros de crédito, unas empresas que, a efectos legales, no se consideran bancos como tal. Según informa el Banco de España, estas compañías están autorizadas para prestar dinero, actividad en la que se especializan, pero no para realizar otros servicios como guardar fondos de sus clientes en cuentas corrientes o emitir y gestionar tarjetas. Esto último sólo lo pueden hacer organizaciones que hayan obtenido una licencia bancaria completa, para lo que hay que cumplir con unos requisitos más exigentes que para constituir un establecimiento financiero de crédito.

Por lo tanto, al no ofrecer más servicios que los préstamos personales, estas entidades no exigirán que el usuario ya sea cliente para ofrecerle financiación. Algunos de estos establecimientos, eso sí, están dispuestos a prestar más dinero o a cobrar menos intereses si el solicitante ya ha contratado otro crédito anteriormente con ellos y lo ha pagado sin problemas. Pero no se trata de un requisito, sino de una forma de premiar la fidelidad del cliente.

Respuesta corta:Sí, aunque depende mucho del caso.

Respuesta larga: Sí, es posible obtener préstamos personales estando en ASNEF y sin aval, pero dependerá mucho del caso. Aquí el factor clave es lo arriesgado que la entidad considere al usuario. Si estima que su peligro es bajo, a pesar de que esté inscrito en un fichero público de morosos, es posible que le conceda la financiación que necesita sin que requiera que otra persona le avale.

Respuesta corta: Entre 50 y 60.000 euros

Respuesta larga: Los préstamos personales ofrecen cantidades muy variadas que pueden partir desde sólo 50 euros hasta alcanzar los 60.000 euros. No obstante, que exista ese amplio margen no significa que todos los usuarios puedan acceder a dichas cantidades, pues dependerá tanto de la entidad elegida como del historial crediticio del solicitante.

En primer lugar, hay financieras de préstamos personales que no ofrecen márgenes tan amplios. Así, algunas se especializan en microcréditos (entre 50 y 1.500 euros) o en préstamos rápidos (entre 2.000 y 10.000 euros), mientras que otras no aceptan conceder cantidades inferiores a 5.000 o 6.000 euros. En segundo lugar, si el historial crediticio del solicitante es malo, la entidad puede imponerle unos límites más ajustados de los que ofrece con carácter general al considerarlo un cliente de mayor riesgo.

Respuesta corta:Sí, siempre que puedas aportar cualquier otro justificante de ingresos.

Respuesta larga: Sí, muchos préstamos personales solicitan que el interesado presente un justificante de ingresos válido, que puede ser cualquier documento oficial en el que aparezca los beneficios que obtiene de forma recurrente por cualquier vía, ya sea por una actividad como autónomo, una pensión o una prestación pública por desempleo, entre otras.

Sí es cierto que disponer de una nómina como justificante de ingresos es la mejor garantía para conseguir un préstamo personal, puesto que da mucha seguridad a las entidades al ser un ingreso constante y regular de dinero que el usuario percibe por contrato, de tal forma que es más difícil que deje de obtenerlo y, en caso de que sea despedido, el afectado tendrá derecho a una serie de garantías monetarias como el finiquito o la prestación pública por desempleo que le permitirán seguir afrontando los pagos de sus cuotas.

Con otros tipos de ingresos la cosa se puede complicar un poco, puesto que en algunos casos no son constantes mes a mes (autónomos) y en otros suelen ser más reducidos que una nómina (pensiones o desempleo), por lo que las entidades tendrán que estudiar más exhaustivamente el caso para estar seguras de que el solicitante tiene la solvencia suficiente como para poder devolver el dinero prestado sin problemas.

Algunas entidades sí pueden negarse a conceder sus préstamos personales a usuarios sin nómina, pero no son la mayoría y el mercado crediticio ofrece tantas alternativas que es relativamente sencillo encontrar financieras que estén dispuestas a aceptar otros tipos de justificantes de ingresos.

Para facilitarte la tarea, además, nuestro comparador te ofrece la posibilidad de especificar el tipo de ingreso que percibes regularmente para filtrar las entidades que los aceptan como justificante y enviarte una lista en la que sólo aparezcan préstamos personales a los que puedas acceder con ese tipo de ganancias, de tal manera que ahorrarás mucho tiempo y esfuerzos.

Respuesta corta: Se activarán comisiones e intereses por mora, por lo que el coste del producto se encarecerá rápidamente, y si transcurren tres meses desde el primer impago la entidad podrá inscribirte en el fichero público de morosos de la ASNEF.

Respuesta larga: Lo primero que ocurre cuando un usuario no puede pagar una cuota de su préstamo personal es que se activan diversas comisiones e intereses por mora, variables que encarecen rápidamente el coste del producto porque suelen ser elevadas y muchas de ellas se cargan a diario, de tal forma que la deuda crecerá exponencialmente hasta que se resuelva el impago.

En el caso de no resolverlo, una vez hayan transcurrido tres meses desde que se dejó de pagar por primera vez, la entidad acreedora tendrá derecho a inscribir al cliente en el fichero público de morosos de la ASNEF. Esto no hará sino multiplicar los problemas del afectado, puesto que además de tener una deuda pendiente, muchas empresas podrán negarse a prestarle servicios por tener cuentas sin saldar con otras compañías, tales como eléctricas, aseguradoras o telefónicas. De esta forma, el usuario puede encontrar dificultades para conseguir aprovisionamientos básicos del hogar.

Para evitar este tipo de situaciones, lo ideal es tomar medidas preventivas antes de que se produzca el impago. Si el usuario ya es consciente de que no va a poder afrontar el siguiente vencimiento de su préstamo personal, puede tratar de negociar con la entidad para conseguir facilidades de pago antes de que se ejecute la siguiente mensualidad.

En este sentido, el cliente tiene dos alternativas. Por una parte, ofrecerle a la financiera renegociar las condiciones del producto con el objetivo de reducir el importe de las cuotas hasta una cantidad que le sea más fácil de pagar. Para conseguir esto, lo más habitual es prolongar el plazo de devolución. De esta forma, el coste será mayor a la larga, puesto que cuanto más se prolongue el reintegro del préstamo personal, más tiempo cobrará intereses la entidad, pero al menos evitará caer en impagos y sobreendeudarse como consecuencia de las comisiones por mora.

Otra alternativa es pedirle a la entidad que le conceda un periodo de carencia, esto es, que por un tiempo determinado, en general varios meses, no le cobre los intereses o la amortización del capital, de tal manera que la cuota se reduzca, o ninguna de las dos, con lo que no pagaría nada por un tiempo. Esta solución suele tener menos acogida por parte de las financieras que la renegociación de las condiciones, pues con ella pueden dejar de percibir ingresos por un tiempo y no obtienen beneficio alguno, mientras que con la renegociación no sólo no dejan de recibir dinero en ningún momento sino que, además, la empresa crediticia ganará más a la larga al cobrar intereses por un periodo mayor al acordado inicialmente.

En ambos casos, no obstante, hay que tener en cuenta que se trata de una propuesta que el cliente hace a la entidad para cambiar las condiciones de un contrato ya firmado por las partes, por lo que la financiera tiene todo el derecho a negarse y remitirse a lo pactado y rubricado en dicho documento.

Si la entidad se niega a ofrecer estas facilidades, el afectado aún tiene una última posibilidad para no caer en impagos: recurrir a una reunificación de deudas. Este tipo de préstamo personal está pensado para que el usuario cancele todos los adeudos que tiene pendientes y los unifique en una sola cuota. Se trata, en definitiva, de pedir un crédito para pagar otro, algo que no suele ser muy recomendable pero que, en el caso que nos ocupa, puede ser una buena solución para evitar el impago.

Lo más probable es que la reunificación de deudas resulte más cara a la larga que el préstamo personal que ha ayudado a liquidar, pero al menos permitirá al usuario obtener condiciones más ventajosas que le ayuden a evitar impagos. Además, aunque su coste sea algo superior, siempre será menor del que tendría el crédito anterior al activarse las comisiones por mora.

Respuesta corta: Depende de la entidad.

Respuesta larga: Hay entidades que sí solicitarán al usuario que les informe de la finalidad para la que solicita el préstamo, mientras que otras no lo harán. En general, si el importe es alto, es decir, si supera los 3.000 o 4.000 euros, la financiera solicitará este dato, aunque no siempre.

La finalidad del préstamo personal es un dato más que las entidades utilizan en su toma de decisión, pues en función del propósito las financieras estarán más o menos dispuestas a prestar su dinero al solicitante. Aportar el justificante del motivo por el que se solicita financiación, además, dará mayor seguridad a estas empresas, lo que hará que se fíen más del usuario y estén más dispuestas a aceptar su solicitud.

Es preciso destacar que mentir en la finalidad del préstamo personal si la entidad precisa esta información puede tener consecuencias bastante negativas. Para empezar, el usuario perderá por completo la confianza de la financiera, por lo que ésta rechazará prestarle servicios en el futuro con casi total seguridad. Y, lo que es peor, si la empresa crediticia es capaz de demostrar que efectivamente ha faltado a la verdad, el cliente puede enfrentarse a cargos judiciales por ello.