Usuario:Trufy23/Edmund Burke
Edmund Burke (enero 12, 1729 - julio 9, 1797) fue un irlandés nacido en Dublin, un autor conocido, orador, teorista político y filósofo que después de mudarse a Londres, fue miembro del parlamento (MP) por muchos años en House of Commons (Casa de los comunes) con el partido liberal.
Burke es recordado principalmente por su apoyo en la causa de los Revolucionarios Americanos y la Emancipación Católica, su acusación a Warren Hastings de East India Company, y por su oposición a la Revolución Francesa, después fue la figura líder del partido liberal, que el apodaba "Old Whigs" (Viejos liberales), con oposición hacia la pro-revolución francesa "New Whigs" (Nuevos liberales), dirigido por Charles James Fox.[1]
En el siglo XIX Burke fue alabado por los liberales y los conservadores.[2] Consecuentemente, en el siglo XX, se convirtió en el reconocido creador filosófico del conservadurismo moderno.[3][4]
Vida temprana
[editar]Burke nació en Dublin, Irlanda. Su madre Mary née Nagle (1702 – 1770) fue una católica romana que fue aclamada por déclassé la familia County Cork (y prima de Nano Nagle), mientras que su padre, un exitoso abogado, Richard (murió en 1761), era miembro de la iglesa de Irlanda.[5] La dinastía Burke desciende de los caballeros Anglo-Norman con apellido Burgh (Burgo) el cual llegó a Irlanda en 1185 seguido de la invasión de Herny II de Inglatera en Irlanda junto con el jefe de la familia "Gall" que apoyaron a las familias gaélicas, convirtiéndose en "más irlandeses que los irlandeses mismos".[6]
Burke se quedó con la fé de su padre y siguió siendo Anglicano durante su vida, en cambio su hermana Juliana siguió siendo Católica Romana.[7] Tiempo después, sus enemigos políticos lo acusaron varias veces de haber sido educado en el Colegio Jesuita de St. Omer, cerca de Calais, Francia y de haber albergado simpatizantes católicos cuando la afiliación de la Iglesia Católica lo descalificaría de su oficina pública. Como Burke le dijo a Frances Crewe:
Los enemigos del Señor Burke tratan de convercer al mundo que ha sido criado con la fé católica y que su familia era de ahí, que él fue educado en St. Omer, pero esto es falso, ya que su padre practicaba la ley en Dublin, esto no podría ser a menos que fuera de la Iglesia establecida y aunque el Señor Burke estuvo dos veces en París, nunca pasó por la ciudad de St. Omer.[8]
Después de ser electo por la cámara de los comunes, Burke fue requerido para tomar juramento de lealtad y abjuración, el juramento de la supremacía. Aunque nunca negó su nacionalidad irlandesa, Burke constantemente se describía a él mismo como un "Hombre inglés". De acuerdo con el historiador J. C. D. Clark, está era "una época antes del 'nacionalismo celta' que trató de hacer incompatible al Irlandés y al Inglés."[9]
De niño a veces pasaba tiempo lejos del insalubre aire de Dublin con la familia de su madre en Blackwater Valley en Country Cork. El recibió su educación en la escuela Quaker en Ballitore, Countu Kildare, con 67 kilómetros de distancia de Dublin; y posiblemente, como su primo Nano Nagle en Hedge School.[10] Se mantuvo en contacto con su compañera, Mary Leadbeater, la hija del dueño de la escuela, a lo largo de su vida.
En 1744, Burke empezó en la escuela de Trinidad en Dublin, un establecimiento protestante, que hasta 1793 no permitió los católicos a tomar la licenciatura.[11] En 1747, estableció una sociedad de debate, "El club de Edmund Burke", el cual, en 1770, se unió con el TCD Club de Historia de el Colegio de la Sociedad Histórica; la cual es la sociedad de pregrado más antigua del mundo. El tiempo de junta en el Club de Burke, se mantuvo en la colección de la Sociedad Histórica. Burke se graduó de Trinidad en 1748. El padre de Burke quería que el estudiara Leyes, con esto en mente fue a Londres en 1750, donde entro al Templo Medio, poco tiempo después deja la escuela de leyes para viajar en el continente europeo. Después de evitar la carrera de leyes, persiguió la subsitencia por medio de la escritura.[cita requerida]
Escritura temprana
[editar]Las cartas de Lord Bolingbroke en el Estudio y Uso de la Historia fue publicado en 1752 y su trabajo colectivo apareció en 1754. Esto provocó que Burke comenzara a escribir su primer trabajo publicado, A Vindication of Natural Society: A View of the Miseries and Evils Arising to Mankind, apareciendo en primavera de 1756. Burke imitó el estilo e ideas de Bolingbroke en reductio ad absurdum con sus argumentos del racionalismo ateísta, demostrando lo absurdo que era.[12][13]
Burke reclamó que los argumentos de Bolingbroke en contra de la revelación religiosa podría aplicar a todas las instituciones sociales y civiles. Lord Chesterfield y Bishop Warburton (entre otros) inicialmente pensaron que el trabajo era genuinamente escrito por Bolingbroke más que una sátira.[12][14] Todas las reseñas sobre el trabajo eran positivas, con la apreciación de los críticos especializados en la calidad de los escritos de Burke. Algunos críticos fallaron en darse cuenta de la naturaleza irónica del libro, lo cual lleví a Burke a manifestarlo en el prólogo de la segunda edición (1757) que es una sátira.[15]
Richard Hurd creía que la imitación de Burke estaba cerca de ser perfecta y que esto defendía su propósito: un irnonista "debería de tener cuidado con la constaste exageración de hacer que lo ridículo brille por encima de la imitación. Mientras que esta Vindicación está en todas partes, no sólo en el lenguaje sino también en los principios de L. Bol., pero con una seriedad evidente, o más bien tan real, que la mitad de su propósito es sacrificado por otro".[15] Una minoría de estudiosos tomaron la posición, que de hecho, Burke escribió la Vindication, más tarde negándola sólo por razones políticas.[16][17]
En 1757, Burke publicó un trato sobre la estética, A Philosophical Enquiry into the Origin of Our Ideas of the Sublime and Beautiful, el cual atrajo la atención de prominentes pensadores del continente como Denis Diderot e Immanuel Kant. Fue su único trabajo puramente filosófico, y cuando le preguntó Sir Joshua Reynolds y French Laurence expandirlo treinta años después, Burke respondió que no era apto para la especulación abstracta (Burke lo escribió antes, cuando tenía diecinueve años).[18]
En frebrero 25 de 1757, Burke firmó un contrato con Robert Dodsley para escribir "historia sobre inglaterra del tiempo de Julio César hasta el fin del reinado de la Reina Anne" es de 640 páginas, cerca de 400,000 palabras. Se esperaba que fuera publicado para la navidad de 1758.[19] Burke completó el trabajo hasta 1216, ya que después se detuvo; y no fue publicado hasta la muerte de Burke, trabajo que fue incluído en la colección de todos sus trabajos en 1812, llamado Un ensayo hacia la abreviación de la historia inglesa. G. M. Young no valoraba la historia de Burke y afirmaba que era "una traducción del francés".[20] Lord Acton, comentando que la historia que Burke detuvo fue porque David Hume publicó su historia, y dijo "es de lamentar que no sucediera lo contrario".[21]
Durante el siguiente año del contrato, con Dodsley, Burke fundó el Registro Anual, publicación que varios autores evaluaron con los eventos políticos internacionales el año anterior.[22] La extención de lo que Burke contribuyó al Registro Anual no está claro:[23] en la biografía de Burke, Robert Murray cita el Registro como evidencia de las opiniones de Burke, pero Phillip Magnus en su biografía no cita directamente la frase como referencia.[24] Burke siguió siendo el jefe de edición de la publicación hasta 1789 y no hay evidencia que otro autor contribuyó a el antes de 1766.[24]
En marzo 12 de 1757, Burke se casó con Jane Mary Nugent (1734–1812), hija del Doctor Christopher Nugent,[25] un psicólogo católico que le había dado tratamiento médico a él en Bath. Su hijo Richard nació en febrero 9 de 1758; un hijo mayor, murió en su infancia. Burke también ayudó a la ley, Edmund Nagle (después Admiral Señor Edmund Nagle), el hijo de un primo huérfano en 1763.[26]
Por esta época, Burke introdujo a William Gerard Hamilton (conocido como "Discurso único Hamilton"). Cuando Hamilton fue nombrado Jefe de la Secretaría de Irlanda, Burke lo acompañó a Dublin como su secretario privado, puesto que obtuvo por 3 años. En 1765 Burke se convirtió en secretario privado de los liberales, Charles, Marqués de Rockingham, el Primer Ministro de Gran Bretaña, quien siguió siendo un amigo cercano de Burke y seguían asociados hasta su muerte en 1782. Rockingham introdujo a Burke como masón.[27][28]
Miembro del parlamento
[editar]En diciembre de 1765, Burke entró a la cámara de comunes del parlamento británico como miembro de Wendover, un regalo de Lord Fermanangh, posteriormente Earl Verney Segundo y un aliado cercano de Rockinhgam. En diciembre de 1765, Burke entró a la Casa de los comunes del Parlamento Británico como miembro de Wendover, un burgo podrido en el regalo de Lord Fermanagh, después Earl Verney Segundo y un aliado político de Rockingham. Al dar su discurso, William Pitt de Elder dijo que Burke "hablo de cierta manera como si detuviera todas las bocas de Europa" y que los comunes deberían de felicitarse a ellos mismos por tener tan buen miembro en la cámara.[29]
El primer asunto que Burke atendió fue la controversia con las colonias americanas, que pronto se convirtieron en guerra y terminó en la separación, como respuesta en 1769 del pamfleto de Grenvillite, El Presente Estado de la Nación, Burke publicó su propio pamfleto en Observaciones en el Estado Tardío de la Nación. Ayudando en las finanzas de Francia, Burke predijo "algunas convulsiones extraordinarias en todo el sistema".[30]
Durante el mismo año, con dinero prestado, Burke compró Gregories, contando con 600 acres, estado cerca de Beaconsfield. Aunque el estado incluyera activos a la venta como obras de arte de Titian, Gegories demostró que había una gran carga financiera en las siguientes décadas y Burke nunca pudo pagar el costo totalmente. Sus discursos y escritos, lo hicieron famoso, y sugirieron que él era el autor de Cartas de Junius.
Por esta época, Burke se unió al círculo de intelectuales y artistas en Londres y Samuel Johnson era la "luminaria central". Este círculo también incluía a David Garrick, Oliver Goldsmith, y Joshua Reynolds. Edward Gibbon describió a Burke como "el más elocuente y racional loco que jamás había conocido".[31] Aunque Johnson admiraba la inteligencia de Burke, lo seguía considerando un político deshonesto.[32][33]
Burke tomó un rol de líder en el debate apesar de los límites constitucionales de la autoridad del rey. El discutía en contra del poder real y su rol en los partidos políticos, manteniendo un principio de oposición capaz de prevenir abusos, ya sea del monarca o de algun miembro del gobierno. Su publicación más importante fue Pensamiento en la Causa del Presente Descontento el 23 de abril de 1770.[34] Burke identificaba estos descontentos como rechazar las "influencias secretas" del grupo Tory que el los llamaba "amigos del rey", quienes consideraba que su sistema "comprendía la administración exterior e interior, comunmente llamado, en lenguaje técnico como Court, Double Cabinet".[35] Gran Bretaña necesitaba "Una adhesión inquebrantable de los principios y el apego a la conexión, contra toda atracción de interés. Con las divisiones del partido "ya sea operando para bien o para mal, son cosas inseparables de un gobierno libre".[36]
Durante 1771, Burke escribió una ley, la cual si pasaba, daría a juries el derecho de determinar lo que era difamación. Burke habló en favor de su ley pero se opusieron a el algunos miembros, incluyendo a Charles James Fox. Fox, cuando introdujo su propia ley (Libel Act 1792) en 1791 en oposición, repitió casi verbalmente el texto de Burke en su ley sin reconocimiento.[37] También Burke era prominente en asegurar el derecho de publicar los debates que se llevaban a cabo en el Parlamento.[38]
En un debate con el parlamento, sobre la prohibición de la exportación de grano en noviembre 16 de 1770, Burke argumentó en favor al libre mercado del maíz: "No hay tales cosas como precio alto o bajo que se esté alentando o desalentando; no hay nada más que un precio natural, del cual el grano brinda al mercado universal."[39] En 1772 Burke fue decisivo en la promulgación de la Ley de Derogación de Ciertas Leyes de 1772, que derogó varias leyes antiguas en contra de los comerciantes del maíz.[40]
En el Registro Anual en 1772 (publicado en 1773), Burke condenó la Partición de Polonia. Lo vio como "el primer incumplimiento de el sistema de política moderna en Europa" y como molestaba al poder en Europa.[41]
En 1774, Burke fue electo como miembro de Bristol, en ese tiempo era "la segunda ciudad de Inglaterra" con un gran distrito electoral y una gran competencia electoral.
En mayo de 1778, Burke apoyó la moción del parlamento sobre revisar las restricciones en el comercio con Irlanda. Sus constituyentes, ciudadanos de la gran ciudad del comercio de Bristol, sin embargo Burke tenía urgencia por oponerse al libre comercio en Irlanda. Burke resistió a sus protestantes y dijo: "Si de esta conducta perdí sus sufragios en las elecciones subsiguientes, será un ejemplo para los futuros representantes de los comunes de Inglaterra, que al menos un hombre se atrevió a resistirse a los deseos de sus electores cuando su juicio le aseguró que estaban equivocados".[42]
Burke publicó Dos cartas a los Caballeros de Bristol Sobre los Proyectos de Ley Relativos al Oficio de Irlanda, en los que defendía "algunos de los principios del comercio, como la ventaja de la libre relación entre todas las partes del mismo reino...los males que asisten a la restricción y el monopolio...y que la ganancia de los demás no es necesariamente nuestra pérdida, sino por el contrario una ventaja al causar una mayor demanda de las mercancías que tenemos a la venta"[43]
Burke también apoyó los intentos de George Savile de revocar algunas leyes penales en contra de los católicos.[44] Burke también llamó a la pena capital "la carnicería que nosotros llamamos justicia" en 1776 y 1780 condenó el uso de la picota, ya que dos hombres trataron de practicar la sodomía.[26]
Este apoyo por causas no populares, como el libre comercio en Irlanda y la emancipación católica, llevaron a Burke a perder su lugar en 1780. Durante el resto de su carrera parlamentaria, Burke representó a Malton, otro burgués bajo el patrocinio del Marqués de Rockingham.
Guerra Americana de Independencia
[editar]Burke expresó su apoyo por los agravios de las colonias americanas bajo el gobierno de el Rey Jorge III y sus representantes. En abril 19, 1774 Burke hizo un discurso, "On American Taxation" (Sobre la fiscalía estadounidense) publicado en enero de 1775, en una moción para derogar el tax al té:
Una y otra vez, vuelva a sus viejos principios: busque la paz y sígase; deje América, si tiene materia gravable en ella, a la imposición de impuestos. No estoy aquí abordando las distinciones de derechos, ni tratando de marcar sus fronteras. No entra en estas distinciones metafísicas; odio el sonido de ellos. Dejen a los norteamericanos como estaban y estas distinciones, nacidas de nuestra desgraciada contienda, morirán junto con ella...se contentan con obligar a América con las leyes del comercio; siempre lo has hecho...no los cargues con impuestos...pero si, de manera imprudente y fatalmente, sofistican y envenenan la fuente misma del gobierno al pedir deducciones sutiles y consecuencias odiosas a los que gobiernan, de la naturaleza ilimitada y de la soberanía suprema, les enseñarás por estos medios a llamar a eso soberanía misma en cuestión...si esa soberanía y su libertad no pueden ser reconciliadas ¿qué tomarán? Ellos echarán tu soberanía en tu cara. Ningún grupo de hombres será discutido a la esclavitud. Señor, dejen a los caballeros del otro lado...dígame, qué carácter de libertad tienen los norteamericanos, y qué tipo de esclavitud tienen que están libres, si están atados en su propiedad e industria por todas las restricciones que puedan imaginar con el comercio, y al mismo tiempo se hacen caballos de carga de cada impuesto que elijan imponer, sin la menor participación en su concesión. ¿Cuándo llevan las cargas del monopolio ilimitado, usted los traerá para llevar las cargas de la renta ilimitada también? El inglés en América sentirá que esto es esclavitud; que es esclavitud legal, no será compensación ni para sus sentimientos ni para sus entendimientos.[45]
El 22 de marzo de 1775, en la casa de los comunes, Burke dio un discurso (publicado durante mayo de 1775) en reconciliación con América. Burke apelaba para la paz preferentemente de la guerra civil y un recordatorio que la casa de América tenía creciente población, su industria y su dinero. El advirtió en contra de la moción que los americanos se rendirían al ver la cara de la fuerza, ya que la mayoría de los americanos era de descendencia británica:
...la gente de las colonias son descendientes de los ingleses...por lo tanto, no sólo están acostumbrados a la libertad, sino a la libertad según las ideas inglesas y los principios ingleses. El pueblo es protestante...una persuasión no sólo favorable a la libertad, sino construida sobre ella....mi dominio de las colonias está en el afecto cercano que crece de nombres comunes, de sangre similar, de privilegios similares y de igual protección. Son lazos que, aunque ligeros como el aire, son tan fuertes como los eslabones de hierro. Dejen que las colonias mantengan siempre la idea de sus derechos civiles asociados con su gobierno; ellos se aferrarán y los atacarán a ustedes y ninguna fuerza bajo el cielo será capaz de arrancarles su lealtad. Pero que una vez que se entienda que su gobierno puede ser una cosa y sus privilegios otra, que estas dos cosas pueden existir sin ninguna relación mutua: el cemento se ha ido, la cohesión se ha aflojado, y todo se apresura a la decadencia y la disolución. Mientras tengas la sabiduría de mantener la autoridad soberana de este país como santuario de la libertad, el templo sagrado consagrado a nuestra fe común, dondequiera que la raza escogida y los hijos de Inglaterra adoren la libertad, se volverán sus rostros hacia ti. Cuanto más se multipliquen, más amigos tendrán; cuanto más ardientemente amen la libertad, más perfecta será su obediencia. En cualquier lugar pueden tener esta esclavitud. Es una hierba que crece en cada suelo. Pueden tenerla en España, pueden tenerla en Prusia. Pero, hasta que pierdas todos los sentimientos de tu verdadero interés y tu dignidad, esa libertad nadie más que tu la podrá tener.[46]
Burke apreciaba la paz con América por encima de todo, rogando a la Cámara de los comunes que recordara que el interés por el dinero recibido de las colonias americanas era mucho más atractivo que cualquier sentido de poner a los colonos en su lugar:
La proposición es paz. No la paz a través de la guerra, no la paz que se persigue a través del laberinto de negociaciones intrincadas y sin fin, no la paz que surge de la discordia universal...es la paz simple, buscada en su curso natural y en sus lugares habituales. Es paz buscada en el espíritu de paz, y puesta en principios puramente pacíficos.[47]
Burke no estaba presentando solamente un acuerdo de paz al Parlamento; más bien, dio un paso adelante con cuatro razones contra el uso de la fuerza, razonado cuidadosamente. Exponía sus objeciones de manera ordenada, centrándose en una antes de pasar a la siguiente. Su primera preocupación era que el uso de la fuerza tendría que ser temporal, y que las sublevaciones y las objeciones a la gobernanza británica no existirían en América. Segundo, Burke se preocupó por la incertidumbre acerca de si Gran Bretaña ganaría un conflicto en América. "Un armamento", dijo Burke, "no es una victoria".[48] Tercero, Burke planteó la cuestión del deterioro; no haría ningún bien al gobierno británico entablar una guerra en otra tierra y lograr que el objeto que deseaban (América) se dañara o incluso resultara inútil. Los colonos norteamericanos siempre podían refugiarse en las montañas, pero la tierra que dejaran atrás probablemente sería inutilizable, ya sea por accidente o por diseño. La cuarta y última razón para evitar el uso de la fuerza era la experiencia; los británicos nunca habían intentado controlar a una colonia rebelde por la fuerza y no sabían si podía hacerse y mucho menos a miles de kilómetros de distancia de su hogar.[48] Estas preocupaciones no solamente eran razonables, sino que algunas resultaron ser proféticas: los colonos americanos no se rindieron, incluso cuando las cosas parecían extremadamente desoladas y los británicos finalmente no tuvieron éxito con sus intentos de ganar una guerra en territorio americano.
No era fuerza temporal, la incertidumbre, el deterioro, ni siquiera la experiencia que Burke citó como la razón número uno para evitar la guerra con las colonias americanas; era el carácter del propio pueblo norteamericano:
"En este carácter de americanos, el amor a la libertad es el rasgo predominante que marca y distingue al todo...este fiero espíritu de libertad es más fuerte en las colonias inglesas, probablemente, que en cualquier otro pueblo de la tierra...] los hombres [son] agudos, inquisitivos, rápidos en el ataque, listos en la defensa, llenos de recursos...."[48] Burke concluye con otra petición para la paz y la oración que Gran Bretaña podría evitar acciones que en las palabras de Burke "podrían traer la destrucción de ese imperio."[48]
Burke propuso seis resoluciones para terminar el conflicto con América pacíficamente:
- Dejar a los colonizadores americanos elegir sus propios representantes, con la disputa sobre los impuestos sin representación;
- Reconocer esta falta y pedir disculpas por las quejas causadas;
- Tener una manera eficiente de elegir y enviar a estos delegados;
- Establecer una Asamblea General en América, con poderes para regular los impuestos;
- Dejar de recaudar impuestos por imposición (o ley), y empezar a reunirlos sólo cuando sean necesarios;
- Grant necesitaba ayuda para las colonias.[48]
Nunca se podrá saber el efecto de estas resoluciones. Desafortunadamente, Burke pronunció este discurso menos de un mes antes del conflicto explosivo en Concord y Lexington,[49] y ya que estas resoluciones no se promulgaron, se hizo poco para ayudar a disuadir el conflicto.
Entre una de las razones por las que este discurso fue tan admirado, fue por su pasaje en Lord Bathurst (1684-1775); Burke describe a un ángel en 1704 profetizando a Bathurst futura grandeza de Inglaterra y también de América: "Joven, existe América, que hoy en día sirve poco más que para divertirte con historias de hombres salvajes y malos modales; antes de probar la muerte, se muestra igual a todo el comercio que ahora atrae la envidia de todo el mundo".[50] Samuel Johnson estaba tan molesto al oír esto que continuamente se elogiaba, que él hizo una parodia del discuro, donde el diablo se le aparece a un joven liberal y predice que en poco tiempo, Whiggism envenenará incluso al paraíso de América![50]
La administración de Lord North (1770-1782) trató de derrotar a la rebelión colonizada por la fuerza militar. Las fuerzas británicas y americanas se enfrentaron en 1775 y en 1776, llegó la Declaración Americana de Independencia. Burke estaba horrorizado por las celebraciones en Gran Bretaña por la derrota de los estadounidenses en Nueva York y Pennsylvania. Afirmó que el carácter nacional inglés estaba scambiado por el autoritarismo.[26] Burke escribió: "En cuanto a la gente buena de Inglaterra, parecen participar cada día más y más en el carácter de esa administración que han sido inducidos a tolerar. Estoy satisfecho, que en tan pocos años ha habido un gran cambio en el Carácter Nacional. Parece que ya no somos tan ansiosos, inquisitivos, celosos o gente vehemente, como hemos sido antes".[51]
Desde el punto de vista de Burke, el gobierno británico estaba luchando contra "los ingleses americanos" (nuestros hermanos ingleses en las colonias), con un rey germánico con "la espada mercenaria de burladores y vasallos alemanes" para destruir las libertades inglesas de los colonos.[26] Acerca de la independencia norteamericana, Burke escribió: "No sé cómo desear el éxito a aquellos cuya victoria es separar de nosotros una parte grande y noble de nuestro imperio y menos deseo el éxito a la injusticia, la opresión y la absurdidad"[52]
Durante los disturbios de Gordon en 1780, Burke se convirtió en el blanco de la hostilidad y su hogar fue colocado bajo guardia por el ejército.[53]
Pagador de las fuerzas
[editar]La caída del norte llevó a Rockingham a ser llamado de nuevo al poder en marzo de 1782. Burke fue llamado el pagador de fuerzas y consejero privado, pero sin un lugar en el gabinete. La muerte inesperada de Rockingham en julio de 1782 hizo que se reemplazara por Shelburne como Primer Ministro, se le puso fin a su adminstración unos meses después.
Su puesto como pagador de fuerzas en 1782 terminó como una lucrativa sinecura. Anteriormente, en este puesto era posible sacar dinero de la tesorería HM con discreción. Ahora se ven obligador a poner el dinero que sacaron de la tesorería al banco de Inglaterra, donde únicamente se puede sacar por razones específicas. La tesorería recibiría mensualmente declaraciones del balance del pagar al banco. Este acto fue quitado por la administración de Shelburne, pero este acto fue reemplazado textualmente por casi todo el acto de Burke.[54]
La Ley Civil y el servicio secreto de 1782 fue quitado por la versión original de Burke, con las intenciones de su famoso discurso Speech on Economical Reform (Discurso sobre la reforma Económica) de febrero 11, 1780. Sin embargo, logró abolir 134 oficinas en la casa Real y Civil de administración.[55] El tercer secretario de estado y la cámara de comercio fueron abolidas y las pensiones fueron limitadas y reguladas. El acto anticipó ahorrar £72,368 al año.[56]
En febrero de 1783 Burke volvió a su puesto de pagador de las fuerzas cuando el gobierno de Shelburne cayó y fue reemplazado por una coalición dirigida al norte que incluía a Charles James Fox. La coalición cayó en 1783 y fue lograda por la administración de William Pitt el chico, que duró hasta 1801. Por lo tanto, después de haber apoyado a Fox y North, Burke estaba en oposición por el resto de su vida política.
Democracia
[editar]En 1774, el discurso de Burke para los electores en Bristol en el término de la encuesta para su defensa de los principios del gobierno representativo contra la noción de que los funcionarios elegidos deben ser simplemente delegados:
... debe ser la felicidad y la gloria de un representante vivir en la más estricta unión, la correspondencia más cercana y la comunicación sin reservas con sus constituyentes. Sus deseos deben de tener gran peso con él; su opinión, alto respeto; su negocio, atención no devuelta. Es su deber sacrificar su reposo, sus placeres, sus satisfacciones, a las de ellos; y sobre todo, siempre y en todos los casos, preferir su interés a los suyos. Pero su opinión imparcial, su juicio maduro, su conciencia iluminada, no debe sacrificar a uno, o a cualquier hombre, o a cualquier grupo de hombres que están vivos. Éstos no se derivan de su placer; no, ni de la ley ni de la constitución. Son un fideicomiso de la Providencia, por el abuso del cual uno es profundamente responsable. Su representante le debe, no sólo a su industria, sino a su juicio; y traiciona, en vez de servirle, si lo sacrifica a su opinión.[57]
La científica política Hanna Pitkin señala que Burke enlazó el interés del distrito con el comportamiento apropiado de su oficial electo, explicando, "Burke concibe de intereses relativos arreglados, pocos y claramente definidos, de cualquier grupo y localidad. Estos intereses son económicos o asociados con una localidad en particular cuya característica es su sustento, en la prosperidad general en la cual están involucrados."[58]
Burke era un líder escéptico con respecto a la democracia. Mientras que admitía que teóricamente, en algunos casos era deseable, el insistía en un gobierno democrático en Gran Bretaña. Se oponía a la democracia por tres razones básicas. Primera, el gobierno requería de un grado de inteligencia y conocimiento que raramente ocurría en la gente común. Segunda, el pensaba que si tenían que votar, la gente común tenía pasiones peligrosas y furiosas que podrían ser despertadas facilmente por los demagogos. Tercera, Burke avisaba que la democracia crearía tiranía en minorías no populares, que necesitarían la protección de clases sociales altas.[59]
India la acusación de Warren Hastings
[editar]Por muchos años Burke persiguió la destitución de Warren Hastings, antes Governador General de Bengala, como resultado de la prueba de 1786. Su interacción con el dominio británico de India, comenzó bien antes de la destitución de Hastings en su prueba. Por dos décadas antes de la destitución, el parlamento lidió con el asunto de India. La prueba fue el pico de los años sin descanso y deliberación.[60] En 1781 Burke fue capaz de ahondar en los asuntos alrededor de East India Company donde fue presidente del Comité Selecto de Commons con los asuntos al este de India, desde ese punto hasta el fin de la prueba; India era la principal preocupación de Burke. Este comité fue creado para "investigar las alegaciones de injusticia en Bengala, la guerra con Hyder Ali y otras dificultades en India".[61]
Mientras Burke y el comité prestaban atención en estos asuntos, un segundo comité "secreto" fue formado para analizar los mismos asuntos. Ambos reportes de los comités fueron escritos por Burke. Entre otros propósitos, los reportes se transmitían al Indian princes que Inglaterra no tendría una guerra contra ellos por los salarios, y demandando que HEIC llamara a Hastings. This was Burke's first call for substantive change regarding imperial practices. When addressing the whole House of Commons regarding the committee report, Burke described the Indian issue as one that "began 'in commerce' but 'ended in empire.'"[62]
El 28 de febrero de 1758 Burke dio un discurso "The Nabob of Arcot's Debts", donde condenaba el daño a India por la compañía del este de India. En la provincia de Carnatic los indios habían construido un sistema de embalses para hacer el suelo fértil en una región naturalmente seca, y centraron su sociedad en donde había más agua:
Estos son los monumentos de los reyes reales, que fueron los padres de su pueblo; testadores de una posteridad que abrazaron como propia. Estos son los grandes sepulcros construidos por la ambición; por la ambición de una benevolencia insaciable, la cual, no satisfecho con reinar en la dispensación de la felicidad durante el término contrato de la vida humana, se había esforzado, con todos los alcances y agarres de una mente vivaz, para extender el dominio de su recompensa más allá de los límites de la naturaleza y perpetuarse a través de las generaciones de generaciones, los guardianes, los protectores, los que alimentadores a la humanidad.[63]
Burke sostuvo que el advenimiento del dominio británico y en particular la conducta de la compañía de India del este, había destruido muchas cosas buenas en estas tradiciones y que, como consecuencia de esto y la falta de nuevas costumbres para reemplazarlos, los indios estaban sufriendo. Se propuso establecer un conjunto de expectativas británicas, cuyos fudamentos morales, en su opinión, garantizaría el imperio.[64]
El 4 de abril de 1786, Burke presentó a los comunes el artículo de Cargos de Altos Crímenes y Delitos contra Hastings. El juicio en Westminster Hall, que no comenzó hasta el 14 de febrero de 1788, sería el "primer gran evento público discursivo de su tipo en Inglaterra",[65] Llevando la moralidad y el deber del imperialismo a la vanguardia de la percepción pública. Burke ya era conocido por sus elocuentes habilidades retóricas y su participación en el juicio sólo aumentó su popularidad e importancia.[66] La acusación de Burke, impulsada por la indignación emocional, calificó a Hastings de "capitán general de la iniquidad"; Que nunca comieron sin «crear hambre»; Cuyo corazón estaba "gangrenado hasta el centro" y que se parecía tanto a una "araña del Infierno" como a un "buitre voráz devorando el cuerpo de los muertos".[67] La cámara de los comunes finalmente acusó a Hastings, pero posteriormente, la cámara de los lores lo absolvió de todos los cargos.
Revolución Francesa: 1688 vs 1789
[editar]Al principio, Burke no condenaba a la Revolución Francesa. En una carta el 9 de agosto de 1789, escribió: "Inglaterra mira con asombro a la lucha francesa por la libertad, sin saber si deben de culpar o deben aplaudir!" En efecto, pensé que había visto algo parecido en proceso durante varios años, todavía tiene algo paradójico y misterioso. Es imposible no admirar, pero la antigua ferocidad parisina ha estallado de una manera impactante".[68] Los acontecimientos del 5 y 6 de octubre de 1789, cuando una multitud de mujeres parisinas marcharon a Versalles para obligar al rey Luis XVI a regresar a París, provocaron que Burke se pusiera en contra. En una carta a su hijo, Richard Burke, el 10 de octubre, dijo: "Este día escuché de Laurence que me ha enviado papeles que confirman el estado de Francia, donde los elementos que componen la Sociedad Humana parecen disolverse, en un mundo de monstruos que se creará en el lugar de él, donde Mirabeau preside como la gran anarquía y el gran monarca más reciente hace una figura tan ridícula como lamentable".[69] El 4 de noviembre, Charles-Jean-François Depont le escribió a Burke, para pedirle que apoyara la revolución. Burke respondió que cualquier crítica de él debía de ser tomado "como una expresión de duda y nada más" pero añadió: "Usted puede haber subvertido Monarquía, pero no recuperar la libertad".[70] En el mismo mes el describió a Francia como "un país deshecho". La primera condena pública de Burke a la revolución se realizó en el debate del parlamento sobre las estimaciones del ejército el 9 de febrero de 1790, provocado por las alabanzas de la revolución por Pitt y Fox:
Desde que la cámara mostrarona los franceses como los mejores arquitectos de la ruina que habían existido en el mundo. En ese corto espacio de tiempo habían terminado completamente en el piso, su monarquía, su iglesia, su nobleza, su ley, sus ingresos, su ejército, su marina de guerra, su comercio, sus artes y sus manufacturas...[se corría el riesgo de] una imitación de los excesos de una democracia irracional, sin principios, prescribiendo, confiscando, saqueando, feroz, sangrienta y tiránica...[en la religión] el peligro de su ejemplo no es nada más de la intolerancia, sino del ateísmo; un vicio asqueroso y antinatural, enemigo de toda dignidad y consuelo de la humanidad; que parece en Francia, durante mucho tiempo, haber sido encarnada en una facción, acreditada y casi confesada.[71]
En enero de 1790, Burke leyó el discurso del Dr. Richard Price del 4 de noviembre de 1789, titulado Un Discurso Sobre el Amor de Nuestro País, a la Sociedad de la Revolución.[72] Y que la sociedad había sido fundada para conmemorar la Revolución Gloriosa de 1688. En este discurso Price adoptó a la filosofía de los "Derechos de los Hombres" universales. Price sostuvo que el amor a nuestro país "no implica ninguna convicción de su valor superior del de otros países, ni ninguna preferencia particular de leyes y constitución del gobierno".[73] En lugar de eso, Price afirmó que los ingleses deberían verse a sí mismos "más como ciudadanos del mundo que como miembros de una comunidad en particular".
Hubo un debate entre Price y Burke siguido de que era "el momento clásico en el que dos concepciones fundamentalmente diferentes de identidad nacional fueron presentadas al público inglés".[74] Price afirmó que los principios de la Revolución Gloriosa incluían "el derecho a elegir a nuestros propios gobernadores, a destituirlos por mala conducta y a enmarcar a un gobierno para nosotros mismos".
Inmediatamente después de leer el discurso de Price, Burke escribió un borrador de lo que eventualmente se convirtió, Reflejos en la Revolucón de Francia.[75] El 13 de febrero de 1790, en un comunicado de prensa dijo brevement, que Burke publicaría un folleto sobre la revolución y sus partidarios británicos, sin embargo pasó el año revisando y ampliando éste. El 1 de noviembre finalmente publicó las Reflexiones e inmediatamente fue un best-seller.[76][77] A un precio de cinco chelines, era más caro que la mayoría de los pamfletos políticos, pero a finales de 1790 había pasado por diez impresiones y ya se habían vendido aproximadamente 17,500 copias. Una traducción francesa apareció el 29 de noviembre y el 30 de noviembre el traductor, Pierre-Gaëton Dupont, le escribió a Burke diciéndole que ya se habían vendido 2,500 ejemplares. La traducción francesa pasó a diez impresiones en junio de 1791.[78]
Lo que la Revolución Gloriosa había significado era muy importante para Burke y sus contemporáneos, como lo había sido durante los últimos cien años en la política británica.[79] En las Reflexiones, Burke argumentó contra la interpretación de Price de la Revolución Gloriosa y en su lugar, se defendió con una clásica defensa de los liberales.[80] Burke se opuso a la idea de los derechos abstractos y metafísicos de los seres humanos y en su lugar abogó por la tradición nacional:
La revolución fue hecha para preservar nuestras indiscutibles leyes antiguas y libertades y esa constitución antigua del gobierno que es nuestra única seguridad para la ley y la libertad...la misma idea de la fabricación de un nuevo gobierno, es suficiente para llenarnos de disgusto y de horror. Nosotros deseamos en el periodo de la revolución y ahora lo deseamos, y derivar todo lo que poseemos como herencia de nuestros antepasados. Sobre ese cuerpo y valores heredados hemos cuidado de no inocular a ningún extraño de la naturaleza de la planta original...nuestra reforma más antigua es la de la carta magna. Verás que Edward Coke, el gran oráculo de la ley y de hecho todos los grandes hombres que lo siguen a Blackstone, son industriosos para demostrar el pedigrí de nuestra libertad. Ellos tratan de probar que la antigua carta magna, no era nada más que una reafirmación de la aún más antigua ley permanente del reino...y en la famosa ley llamada la Petición de Derecho, el parlamento dice al rey "Sus súbditos han heredado esta libertad", reivindicando sus franquicias en principios no abstractos "como los derechos de los hombres", sino como los derechos de los ingéses y como un patrimonio derivado de sus antepasados.[81]
Burke planteó que "le tememos a Dios, miramos con temor a los reyes, con afecto al parlamento; con deber al magistrado; con reverencia a los sacerdotes; y con respeto a la nobleza. ¿Por qué? Porque cuando tales ideas se presentan ante nuestra mentes, es natural sentirse tan afectado".[82] Burke defendió este prejuicio alegando que es "el banco y capital general de las naciones y de las edades" y superior a la razón individual, que es pequeño en comparación. "El prejuicio", afirmó Burke, "es de aplicación inmediata en lsa emergencias, que previamente compromete la mente en un camino de sabiduría y virtud y no deja al hombre dudando al momento de una decisión, escéptico, desconcertado y sin respuesta. La virtud del prejuicio se convierte en un hábito para el hombre".[83] Burke criticó la teoría del contrato social alegando que la sociedad es, de hecho un contrato y "una asociación no sólo entre los que viven, sino entre los que viven, los muertos y los que van a nacer".[84]
El pasaje más famoso de las Reflexiones de Burke fue su descripción de los acontecimientos del 5 y 6 de octubre de 1789 y la parte de María Antonieta. El relato de Burke difiere un poco de los sucesos de los historiadores modernos que han utilizado fuentes primarias.[85] El uso de su lenguaje florido para describirlo, sin embargo, provocó halagos y críticas. Philip Francis le escribió a Burke diciendo que lo que él escribió de María Antonieta era "tonto".[86] Edward Gibbon, sin embargo, reaccionó de manera diferente: "Adoro su caballerosidad".[87] Burke fue informado por un inglés que había hablado con la duquesa de Biron, que cuando María Antonieta estaba leyendo el pasaje, comenzó a llorar y tardó mucho en terminar de leerlo.[88] Price estaba feliz de que al rey francés "lo llevaran al triunfo" durante los días de octubre, pero para Burke esto simbolizaba el sentimiento revolucionario opuesto de los jacobinos y los sentimientos naturales de quiénes compartían su opinión con horror: María Antonieta fue un ataque cobarde contra una mujer indefensa.[89]
Louis XVI tradujo Las Rreflexiones "de fin a fin" a francés.[90] Los diputados liberales Richard Sheridan y Charles James Fox, no estuvieron de acuerdo con Burke y se separaron de él. Fox pensó que las Reflexiones eran "de muy mal gusto" y "favoreciendo los principios conservadores".[91] Otros liberales como el duque de Portland y Earl Fitzwilliam acordaron en privado con Burke, que no deseaban una violación pública de sus compañeros liberales.[92] Burke escribió el 29 de noviembre de 1790: "He recibido del duque de Portland, Lord Fitzwilliam, el duque de Devonshire, Lord John Cavendish, Montagu (Frederick Montagu Primer Ministro) y un largo etcétera de la vieja resistencia de los liberales, en la aprobación completa de los principios de esa obra y una indulgencia bondadosa a esta ejecución ".[93] El Duque de Portland dijo en 1791 que cuando alguien le criticaba las Reflexiones, informaba que había recomendado el libro a sus hijos ya que contenía el verdadero credo liberal.[94]
En la opinión de Paul Langford,[26] Burke cruzó algo de Rubicón cuando asistió a la recepción formal el 3 de febrero de 1791 para encontrarse con el rey, descrito más tarde por la hermana de Burke:
En su llegada a la ciudad en invierno, como él generalmente lo hace, fue a la recepción formal con el duque de Portland, quien fue con el Lord Guillermo para besar sus manos, mientras que el Lord Guillermo besaba sus manos, el rey hablaba con el duque, pero sus ojos estaban fijos en [Burke] que estaba de pie entre la gente y cuando dirijió su palabra al duque, sin esperar a que [Burke] se acercara, el rey decidió acercarse a él y después de hacer las preguntas usuales de cuánto tiempo había estado en la ciudad y como estaba el clima, dijo que había sido empleado últimamente. [Burke] dijo, no, señor, no más que de costumbre. Tú estás muy ocupado también, pero no hay nadie tan sordo como los que no escucharán y ninguno tan ciego como los que no verán [Burke] Había hecho una inclinación, señor, ciertamente ahora te entiendo, pero temía que mi vanidad o presunción pudiera haberme llevado a imaginar lo que su majestad se refiere a lo que he hecho, no puede ser vanidoso, ha sido de utilidad para todos nosotros, es una opinión general ¿No es así Lord Stair? Quien estaba cerca. Se dice que Lord Stair; su majestad la adopta, señor, sé que es la opinión general, dijo [Burke] yo sé que es la opinión general y sé que no hay hombre que se llame a él mismo un caballero, usted no debe de pensar que ha sido obligado. Usted sabe que el tono en la corte es un susurro, pero el rey dijo todo esto fuerte, para ser escuchado por cada uno en la corte.[95]
Las Reflexiones de Burke provocaron una guerra de folletos. Mary Wollstonecraft fue una de las primeras en imprimir y publicar Una Vindicación de los Derechos de los Hombres unas semanas después de Burke. Thomas Paine siguió con los Derechos del Hombre en 1791. James Mackintosh, que escribió Vindiciae Gallicae, fue el primero en tomar las Reflexiones como "el manifiesto de una revolución en contra". Mackintosh más tarde estuvo de acuerdo con los puntos de vista de Burke, comentando en diciembre de 1796 después de reunirse con él, que Burke estaba "minuciosamente y con precisión informado, con una exactitud maravillosa, con respecto a todos los hechos relacionados con la Revolución Francesa".[96] Mackintosh dijo después: "Burke fue uno de los primeros pensadores, así como uno de los más grandes oradores de su época, sin ningún paralelo en edad, excepto quizás Lord Bacon y Cicerón y sus obras contienen una mayor reserva de valores políticos y moral sabiduría que se puede encontrar en cualquier otro escritor".[97]
En noviembre de 1790, François Louis Thibault de Menonville, miembro de la Asamblea Nacional de Francia, le escribió a Burke, alabando las Reflexiones y pidiendo más "muy refrescante comida mental" que pudiera publicar.[98] Lo que hizo Burke en abril de 1791 cuando publicó una carta a un miembro de la Asamblea Nacional. Burke pidió fuerzas externas para revertir la revolución e incluyó un ataque al filósofo francés Jean-Jacques Rousseau, siendo el tema de un culto a la personalidad que se había desarrollado en la francia revolucionaria. Aunque Burke admitió que Rousseau a veces mostraba "una considerable comprensión con la naturaleza humana", en su mayor parte era crítico. Aunque no conoció a Rousseau en su visita a Gran Bretaña en 1766 y 1767, Burke era amigo de David Hume, con quien Rousseau se había quedado. Burke dijo que Rousseau "no tenía ningún principio ni para influir en su corazón, ni para guiar su entendimiento, sino su vanidad" y que "poseía hasta cierto punto un nivel de locura". También citó las confesiones de Rousseau como evidencia de que Rousseau tenía una vida de "vicios oscuros y vulgares" que no eran "cuadros, con manchas aquí y allá, con virtudes, o incluso distinguidos por una sola buena acción". Burke contrastaba la teoría de Rousseau de la benevolencia universal y de haber enviado a sus hijos a un hospital: "un amante de su especie, pero un enemigo de su familia".[99]
Estos acontecimientos y los desacuerdos que surgieron de estos dentro del partido liberal, llevaron a la ruina la amistad entre Burke y Fox. En un debate en el parlamento sobre las relaciones entre Gran Bretaña y Rusia, Fox elogió los principios de la revolución, aunque Burke no fue capaz de responder en ese momento, ya que fue "dominado por la misma pregunta de su propio lado de la cámara".[100] Cuando el parlamento estaba debatiendo el proyecto de Quebec para la constitución para Canadá, Fox elogió la revolución y criticó algunos de los argumentos de Burke, como el poder hereditario. El 6 de mayo de 1791, durante otro debate en el Parlamento sobre el proyecto de ley de Quebec, Burke aprovechó la oportunidad para responder a Fox y condenar la nueva Constitución francesa y "las horribles consecuencias derivadas de la idea francesa de los derechos del hombre".[101] Burke afirmó que esas ideas eran la antítesis de la constitución americana y británica.[102] Burke fue interrumpido, y Fox intervino, diciendo que Burke debía continuar con su discurso. Un voto de censura fue en contra de Burke, sin embargo, para hacer notar los asuntos de Francia, que fue movido por el señor Sheffield y apoyado por Fox.[103] Pitt pronunció un discurso alabando a Burke y Fox pronunció un discurso, reprimiendo y felicitando a Burke. Se preguntó sobre la sinceridad de Burke, que parecía haber olvidado las lecciones que había aprendido de él, citando los propios discursos de Burke de hace catorce y quince años.
La respuesta de Burke fue la siguiente:
Claramente no era discreto en ningún periodo, pero especialmente en esa época de la vida, un desfile de enemigos o dar a sus amigos la ocasión de abandonarlo; sin embargo, si su firme adhesión a la constitución británica lo ponía en tal dilema, arriesgaría todo, como le enseñó el deber público y la experiencia pública, exclamó con sus últimas palabras: "Vuela de la constitución francesa".[101]
En este punto, Fox dijo que no había "pérdida de amistad". "Lamento decir que si hay", respondió Burke, "he hecho un gran sacrificio, he cumplido mi deber aunque haya perdido a mi amigo, hay algo en la odiada constitución francesa que envuelve todo lo que toca".[104] Esto provocó la contestación de Fox, pero de todos modos no pude dar su discurso ya que no podía evitar las lágrimas y la emoción, y le dijo a Burke que recordara la amistad, pero tamibén repitió sus críticas de Burke y uso un "sarcasmo amargo inusual".[104]
Esto solo agravó la ruptura entre los dos hombres. Burke demostró la separación del partido en junio 5 de 1791, escribiéndole a Fitzwilliam, declinando dinero de su parte.[105]
Burke estaba consternado de que algunos liberales, en vez de reafirmar los principios del partido liberal que había expuesto en las Reflexiones, los hubieran rechazado en favor de los "principios franceses" y criticaron a Burke por abandonar los principios liberales. Burke quería demostrar su fidelidad a los principios liberales y temía que Fox y sus seguidores permitiera que el partido liberal se convirtiera en un vehículo para el jacobinismo.
Burke sabía que muchos miembros del partido liberal no compartía las opiniones de Fox y quería que condenaran la Revolución Francesa. Burke escribió que quería representar a todo el partido liberal "como tolerante y por una tolerancia, deteniendo esos procedimientos" para que pudiera "estimularlos a una declaración pública de lo que cada uno de sus conocidos sabía en privado, sus sentimientos".[106] Por lo tanto, el 3 de agosto de 1791, Burke publicó su Apelación de los Nuevos a los Viejos Liberales, en la que renovó sus críticas a los programas revolucionarios inspirados por la Revolución Francesa y atacó a los liberales que los apoyaban, por el partido liberal.
Burke contaba con dos copias de lo que se llama "ese escrito práctico de la teoría política liberal", del Dr. Henry Sacheverell en 1710.[107] Burke escribió del juicio: "Rara vez le ocurre a un partido tener la oportunidad de una declaración clara, auténtica, registrada de sus principios políticos sobre el tema de un gran acontecimiento constitucional como el de la [gloriosa] revolución".[107] Escribiendo en tercera persona, Burke puso en su apelación:
...las bases impuestas por los comunes, en el trial del Doctor Sacheverel, por justificar la revolución de 1688, eran los mismo que impuso el Señor. Burke en las Relfexiones; eso para decir, una parte del contrato original, implicaba y expresaba en la constitución del país, como un esquema del gobierno fundamentalmente e inviolablemente arreglado por el rey, lord y comunes. Que la subversión fundamental de la constitución antigua, de una de sus partes, habiéndolo intentado y en efecto, logrado, justificaba la revolución. Que estaba justificado sólo por las necesidades del caso; como el único significado de la parte recuperada de la antigua constitución, formado por el contrato original de el estado británico; también como la preservación futura del mismo gobierno. Estos son puntos a ser comprobados.[107]
Burke proporcionó las frases de Paine's Rights of Man para demostrar lo que los liberales creían. Burke creía qu los principios de Fox correspondían a Paine y que eran genuinos.[108] Finalmente, Burke negó que la mayoría de "la gente" tenía, la palabra final en la política y la alta sociedad a su placer. La gente tenía derechos, pero también obligaciones, y estas obligaciones no eran voluntarias. También, la gente no podía echar abajo la moralidad derivada de Dios.[109]
Aunque los grandes liberales como Portland o Ftizwilliam en privado coincidían con las ideas de Burke y su apelación, deseaban que hubiera usado un lenguaje moderado. Fitzwilliam vió la apelación conteniendo "las doctrinas por las que he jurado, desde largo, largo tiempo".[110] Francis Basset, un miembro del parlamento del partido liberal, le escribió a Burke: "...aunque por razones que ahora no detallaré no entregaría mis sentimientos, me diferenciaría perfectamente del señor Fox y del gran cuerpo de oposición de la Revolución Francesa ".[110] Burke envió una copia de la Apelación al rey y el rey pidió a un amigo que comunicara a Burke que lo había leído "con gran satisfacción".[110] Burke escribió de su recepción: "Ni una palabra de uno de nuestro partido, están secretamente revueltos, están de acuerdo conmigo con un título, pero no se atreven a hablar por temor a herir a Fox,,,Me dejan a mí mismo; Ellos ven que puedo hacerme justicia ".[105] Charles Burney lo vio como "un libro admirable, el mejor y más útil sobre temas políticos que he visto", pero creía que las diferencias en el Partido Whig entre Burke y Fox no deberían ser transmitidas públicamente.[111]
Eventualmente, la mayoría de los whigs se unieron a Burke y dieron su apoyo al gobierno "conservador" de Pitt, que, en respuesta a la declaración de Francia de guerra contra Gran Bretaña, declaró la guerra al gobierno revolucionario de Francia en 1793.
En diciembre de 1791, Burke envió a los ministros de gobierno sus Pensamientos sobre los asuntos franceses, en los que planteó tres puntos principales: ninguna contra-revolución en Francia se produciría por causas puramente domésticas; Cuanto más tiempo el gobierno Revolucionario existe, más fuerte se vuelve; Y el interés y objetivo del gobierno Revolucionario es molestar a todos los demás gobiernos de Europa.[112]
Burke, como liberal, no deseaba ver la monarquía absoluta de nuevo en Francia después de la extirpación del Jacobinismo. Escribiéndole a un emigrante en 1791, Burke expresó su punto de vista en contra de la restauración del régimen antiguo:
Cuando una convicción tan completa ha sacudido al estado y casi no ha dejado nada, ni en los arreglos civiles, ni en los caracteres y disposición de las mentes de los hombres, exactamente donde estaba, lo que se establezca, aunque en las primeras personas y en las viejas formas ,será en cierta medida una cosa nueva y trabajará bajo algo de la debilidad, así como otros inconvenientes de un cambio. Mi pobre opinión es que pretende establecer lo que llamas "el antiguo Régimen". Si alguno quiere decir que el sistema de intrigas de la corte calificó erróneamente a un gobierno tal como estaba, en Versalles antes de las confusiones actuales como la cosa a establecerse, creer que será absolutamente imposible; Y si consideras a la naturaleza, tanto de las personas como de los asuntos, me halago, debéis ser de mi opinión. No era tan violento un estado de anarquía como el presente. Si fuera posible establecer las cosas tal y como estaban, antes de que comenzara la serie de políticas experimentales, estoy seguro de que no podrían continuar en esa situación. En un sentido del régimen de L'Ancien, estoy claro que nada más se puede hacer razonablemente.[113]
Burke dio un discurso en el debate de Bill Aliens en diciembre 28 de 1792. El apoyaría a Bill si pudiera excluir que era un "Ateo asesino, que derribaría la iglesia y el estado; la religión y a Dios; la moralidad y la felicidad ".[114] Burke sacó una daga que había escondido dentro de su abrigo y la aventó al suelo: "Esto es lo que se gana de una alianza con Francia". Burke levantó la daga y continuó:
Cuando sonríen, veo sangre corriendo por sus rostros; veo sus propósitos; veo que el objeto de toda su encantamiento es ¡sangre! ahora advierto a mis compatriotas que se guarden de estos execrables filósofos, cuyo único objetivo es destruir todo lo que es bueno aquí, y establecer la inmoralidad y el asesinato por precepto y por ejemplo Hic niger est hunc tu Romane caveto el hombre es malo; cuidado con él". Horacio, Sátiras I. 4. 85.].[114]
Burke apoyó la guerra contra francia, viendo a Gran Bretaña luchar por el lado de los realistas y de los emigrantes en una guerra civil, más que luchando contra la nación entera.[115] Burke también apoyó el levantamiento realista en La Vendée, el 4 de noviembre de 1793 lo describió en una carta a William Windham, como "el único asunto en el que tengo todo mi corazón".[115] Burke le escribió a Henry Dundas el 7 de octubre insistiendo para enviar refuerzos allí, ya que él lo consideraba el único teatro en la guerra que podría conducir a una marcha en pleno París. Pero al final Dundas no siguió el consejo de Burke.
Burke creía que el gobierno no tomaba en serio la sublevación suficientemente, una opinión reforzada por una carta que había recibido del príncipe Carlos de Francia (SAR el comte d'Artois), el 23 de octubre, pidiendo que intercediera en nombre de los realistas con el gobierno. Burke se vio obligado a responder el 6 de noviembre: "No estoy al servicio de su majestad, ni puedo consultarlo en sus asuntos".[116] Burke publicó su observación sobre la política de los aliados con respecto a Francia, iniciada en octubre, en la que decía: "Estoy seguro de que todo nos ha mostrado que en esta guerra con Francia, un francés vale veinte extranjeros. Como prueba de ello".[117]
El 20 de junio de 1794, Burke recibió un voto de agradecimiento de los comunes por sus servicios en el juicio de Hastings y renunció inmediatamente a su puesto, siendo reemplazado por su hijo Richard. Burke tuvo un golpe tráfico con la pérdida de Richard en agosto de 1794, a quien estaba muy unido y en quien vio signos de promesa,[26] Que no eran patentes a otros y que, de hecho, parecen haber sido inexistentes (aunque esta opinión pudo haber reflejado bastante el hecho de que Richard Burke había trabajado con éxito en la batalla para la emancipación católica). El rey Jorge III, había ganado por su actitud sobre la revolución Francesa, quiso hacerlo Conde de Beaconsfield, pero la muerte de su hijo hizo que no quisiera tomar la oportunidad de tal honor y de todas sus atracciones, así que el único premio que él aceptaría sería una pensión de £2,500. Incluso esta modesta recompensa fue atacada por el duque de Bedford y el conde de Lauderdale, a quien Burke respondió en su carta a un noble señor en 1796:[118] "No puede repetirse en este tiempo, línea por línea, precepto sobre precepto, hasta que entra en el lugar de un proverbio, innovar no es reformar".[119] Argumentó que fue recompensado por mérito, pero el duque de Bedford recibió sus recompensas por la herencia, siendo su antepasado el pensionista original: "El mío era de un soberano benévolo y suyo, el de Henry octavo".[120] Burke también insinuó lo que le pasaría a estas personas si sus ideas revolucionarias fueran implementadas, incluso incluyó una descripción de la constitución británica:
Pero en cuanto a nuestro país y a nuestra raza, mientras la estructura compacta de nuestra iglesia y estado, el santuario, el santuario de esa antigua ley, defendida por la reverencia, defendida por el poder, una fortaleza a la vez y un templo, se mantendrá inviolado en la frente del Sion británico, mientras la monarquía británica, que no esté más limitada que cercada por las órdenes del estado, se levante en la majestad de Windsor, como la fortaleza de Windsor, doble cinturón de sus torres gemelas y coetáneas, siempre y cuando esta horrible estructura vigile y proteja las tierras sometidas, siempre y cuando los montículos y los diques del bajo nivel de Bedford no tengan nada que temer de todos los picos de todas las niveladores de Francia.[121]
La última publicación de Burke fue Letters on a Regicide Peace en octubre de 1796, llamado para negociaciones de paz con Francia por el gobierno de Pitt. Burke consideraba esto como apaciguamiento para la dignidad tanto nacional como el honor nacional.[122] En esta Segunda Carta, Burke escribió del gobierno de la revolución francesa: "La individualidad queda fuera del esquema de gobierno. El estado es todo para nosotros. Todo se refiere a la producción de fuerzas después, se confía en el uso de la ésta. Es militar en su principio, en su espíritu y en todos sus movimientos. El estado tiene dominio y conquista por sus únicos objetos: el dominio sobre las mentes por el proselitismo, sobre los cuerpos por las armas".[123]
Esto se sostiene como la primera explicación del concepto moderno del totalitarismo.[124] Burke consideraba la guerra con Francia como ideológica, en contra de una "doctrina armada". El deseaba que Francia no participara por el efecto que esto tendría en el balance de poder en Europa, y que esa guerra no era en contra de francia, pero en contra de los revolucionarios gobernándola.[125] Burke dijo: "No es Francia un imperio extranjero extendiéndose sobre otras naciones, es una secta que busca el imperio univeral, empezando con la conquista de Francia".[26]
Vida posterior
[editar]En noviembre de 1795, hubo un debate en el Parlamento sobre el alto precio del maíz y Burke escribió un memorandum a Pitt sobre el tema. En diciembre Samuel Whitbread primer ministro introdujo billetes dandole a los magistrados el poder de arreglar mínimos salarios y Fox dijo que votaría por el. Este debate proablemente llevó a Burke a editar su memorandum, ya que apareció una carta sobre el tema y que Burke publicaría en la Secretaría de Agricultura, Arthur Young; pero falló y no la completó. Estos fragmentos fueron insertados en el memorandum después de su muerte y fue publicado después de su muerte en 1800 como Pensamientos y detalles sobre la escasez.[126] En ella, Burke dice "algunas de las doctrinas de la política económica están por encima de la agricultura como trato".[127] Burke criticó las políticas de los precios altos y las regulaciones de los salarios, y estableció los límites que el gobierno debería de tener:
Que el estado debe limitarse a lo que le corresponde al estado o a las personas del estado, llamando, al establecimiento exterior de su religión; su magistratura; sus ingresos; su fuerza militar por mar y tierra; las corporaciones que deben su existencia a su mandato; en una palabra, a todo lo que es verdaderamente y propiamente público, a la paz pública, a la seguridad pública, al orden público, a la prosperidad pública.[128]
El economista Adam Smith remarcó que Burke era "el único hombre que había conocido que pensaba en los temas económicos exactamente como yo, sin previo aviso habiendo pasado entre nosotros".[129]
Escribiéndole a un amigo en mayo de 1795, Burke encuestó las causas del descontento: "Yo creo que puedo sobrevalorar la maldad de los principios de ascendencia protestante, ya que afectan a Irlanda o de India [por ejemplo la tiranía como la practica la compañía del este de Gran Bretaña], como afectan a estos países, y como afectan a Asia o el jacobinismo, como afectan a Europa y al estado humano el mismo. El último es el mal más grande".[130] Para marzo de 1796, Burke había cambiado de opinión: "Nuestro gobierno y nuestras leyes están acosados por dos enemigos diferentes, que están agotando sus fundamentos, de India y el jacobinismo. En algunos casos actúan por separado, en otros actúan en conjunto: pero de esto estoy seguro; que el primero por mucho es peor y el más difícil con el cual lidear, y para esto sobre otras razones, que debilita y desacredita y arruina la fuerza, que debe de ser empleada con el más grande crédito y energía en contra del otro y que provee al jacobinismo con sus brazos más fuertes contra el gobierno formal en su totalidad.".[131]
Un año antes de su muerte, Burke sabía que su estómago estaba "irrecuperablemente arruinado".[26] Después de escuchar que la muerte Burke era cercana, Fox le escribió a la Sra. Burke indagando después de él. Fox recibió esta respuesta al día siguiente:
La Sra. Burke presenta sus cumplidos al Sr. Fox, y le agradece por sus investigaciones. La Sra. Burke comunicó su carta al Sr. Burke y por su deseo ha de informar al Sr. Fox que le ha costado al Sr. Burke el dolor de corazón más fuerte al obedecer la severa voz de su deber al despedazar una larga amistad, pero que consideraba necesario este sacrificio; que sus principios siguen iguales y que en lo que sea de la vida puede todavía permanecer para él, él concibe que debe vivir para otros y no para sí mismo. El Sr. Burke está convencido de que los principios que ha tratado de mantener son necesarios para el bienestar y la dignidad de su país y que estos principios sólo pueden aplicarse mediante la persuasión general de su sinceridad.[132]
Burke muere en Beaconsfield, Buckinghamshire, el 9 de julio de 1797 y fue enterrado junto con su hijo y su hermana. Su esposa sobrevivió más de 15 años depués de su muerte.
Legado
[editar]Burke es considerado por la mayoría de los historiadores políticos en el mundo que habla inglés como el padre de la Gran Bretaña moderna conservadora.[133][134][135] Burke era un utilitarista y empírico en sus argumentos, mientras que Joseph de Maistre, un compañero conservador del continente europeo, era más providencialista y socialista, y tenía más confrontación en el tono de sus argumentos.[136]
Burke creía que la propiedad era escencial en la vida humana. Por la convicción de que la gente deseaba ser regida y controlada, la división de propiedad formó las bases de la estructura social, ayudando a desarrollar el control con la jerarquía de las propiedades. El veía los cambios sociales de la propiedad como el órden de los eventos naturales, los cuales deberían de llevarse a cabo como la raza humana progresando. Con la división de la propiedad y las clases del sistema, también creía que se mantenía a la monarquía para las necesidades de las clases por debajo de la monarquía. Desde que la propiedad se alineó y se definieron las divisiones de las clases sociales, se tomaba como algo natural, parte de un acuerdo social, que al poner a las personas en diferentes clases, es mutuo el beneficio de todos los temas. La preocupación por la propiedad no es la única influencia de Burke. Como Christopher Hitchens resúme, "Si el conservatismo moderno se puede derivar de Burke, no es solamente porque se apeló por los propietarios en función a la estabilidad pero también apeló a un interés diario en la perservación ancestral y lo inmemorial."[137]
El apoyo que Burke daba a los católicos e indios irlandeses a menudo lo llevó a ser criticado por los conservadores.[138] Su oposición al imperialismo británico en Irlanda e India y su oposición al imperialismo y al radicalismo franceses en Europa, hicieron difícil para los liberales aceptar a Burke como uno de los suyos.[139]
En el siglo XIX Burke fue alabado tanto por los liberales como por los conservadores. El amigo de Burke, Philip Francis, escribió que Burke "era un hombre que verdaderamente y proféticamente previó todas las consecuencias que surgirían de la utilización de los mismos principios franceses", pero ya que Burke escribía con tanta pasión, la gente dudaba de sus argumentos.[140] William Windham habló desde la misma posición en la cámara de los comunes que Burke, cuando se había separado de Fox, y un miembro dijo que Windham habló "como el fantasma de Burke" cuando dio su discurso en contra de la paz con Francia en 1801.[141] William Hazlitt, un oponente político de Burke, lo consideraba como uno de los tres escritores favoritos (entre Junius y Rousseau), y lo hacía "una prueba del sentido y franqueza de cualquiera que perteneciera a la parte opuesta, para ser un gran hombre".[142] William Wordsworth fue originalmente un partidario de la Revolución Francesa y atacó a Burke en "Una carta al obispo de Llandaff" (1793), pero a principios del siglo XIX había cambiado de opinión y venía a admirar a Burke. En sus dos direcciones a los Freeholders de Westmorland Wordsworth llamó Burke "el político más audaz de su edad" cuyas predicciones "el tiempo había verificado".[143] Posteriormente revisó su poema El Preludio para incluir la alabanza de Burke ("Burke Genio!") y lo retrató como un viejo árbol (un roble).[143] Samuel Taylor Coleridge llegó a tener una plática similar: había criticado a Burke en The Watchman, pero en 1809 y 1810 Coleridge defendió a Burke de acusaciones.[144] Posteriormente, en su Biografía Literaria en 1817 Coleridge elogió a Burke como profeta y por referirse "habitualmente a los principios, era un científico de la estadística y por lo tanto, un vidente".[145] Henry Brougham escribió sobre Burke: "todas sus predicciones, excepto una expresión momentánea, habían sido más que hechos: la anarquía y el derramamiento de sangre habían influido en Francia, la conquista y la convulsión habían desolado a Europa...la providencia de los humanos no es a menudo capaz de penetrar hasta el presente en el mismo futuro".[146] George Canning creía que las reflexiones de Burke "había sido justificadas por el curso de los sucesos posteriores, y casi todas las profecías habían sido estrictamente cumplidas".[146] En 1823 Canning escribió que tomaba a Burke como sus "últimas obras y palabras [como] el manual de mi política".[147] El primer ministro conservador Benjamin Disraeli "estaba profundamente adentrado con el espíritu y el sentimiento de los escritos anteriores de Burke".[148]
El primer ministro liberal William Ewart Gladstone, consideró a Burke como "una revista de sabiduría sobre Irlanda y América" y en su diario grabó: "He hecho muchos extractos de Burke, que a veces es casi divino".[149] El diputado radical y activista de la ley sobre el maíz, Richard Cobden, elogió a menudo los pensamientos de Burke sobre la escasez.[150] El historiador liberal Lord Acton consideró a Burke uno de los tres más grandes liberales, junto con William Gladstone y Thomas Babington Macaulay.[151] Lord Macaulay escribió en su diario: "He terminado de leer de nuevo las obras de Burke....admirable, el hombre más grande desde Milton".[152] El diputado de Gladstonian de los liberales, John Morley publicó dos libros sobre Burke (incluyendo una biografía) y fue influenciado por Burke, incluyendo su opinión sobre los prejuicios.[153] Cobdenita Francis Hirst pensó que Burke merecía "un lugar entre los liberales ingleses, aunque de todos los amantes de la libertad y de todos los reformadores era el más conservador, el que tenía pensamientos menos abstractos, siempre ansioso por conservar y renovar en lugar de innovar. Se parecía al arquitecto moderno que restauraría una vieja casa en vez de tirarla abajo para construir una nueva en ese lugar.[154] Las Reflexiones de Burke sobre la revolución en Francia eran polémicas, pero después de su muerte, se convertiría en su obra más conocida y más influyente, y en un manifiesto para el pensamiento conservador.
Dos evaluaciones de Burke también fueron publicadas tiempo después de su muerte por Karl Marx y Winston Churchill. En Das Kapital, Marx escribió:
El psicópata -que a sueldo de la oligarquía inglesa jugó al romántico «laudator temporis acti» contra la Revolución Francesa, así como, a costa de las colonias norteamericanas el principio de los problemas americanos, había jugado contra el liberal contra la oligarquía inglesa- era un burgués vulgar. "Las leyes del comercio son las leyes de la naturaleza, y por lo tanto las leyes de Dios". (E. Burke, l.c., pp. 31, 32) No es de extrañar que, era fiel a las leyes de Dios y de la Naturaleza, y siempre se vendiera en el mejor mercado.
Winston Churchill, en "Consistencia en la Política", escribió:
Por un lado [Burke] se revela como un apóstol más importante de la libertad, por el otro como el campeón temible de la autoridad. Pero una acusación de inconsistencia política aplicada a esta vida parece una cosa mala. La historia discierne con facilidad las razones y las fuerzas que lo impulsaron a actuar de esta manera, y los grandes cambios en los problemas que enfrentaba, que evocaban la misma mente profunda y espíritu sincero estas manifestaciones totalmente opuestas. Su alma se volvió en contra de la tiranía, ya sea que apareciera en el aspecto de un monarca dominante, de un tribunal corrupto y de un sistema parlamentario, o si, pronunciando las palabras de una inexistente libertad, se alzara contra él en el dictado de una brutal multitud y secta. Nadie puede leer el Burke de la libertad y el Burke de la autoridad sin sentir que aquí estaba el mismo hombre persiguiendo los mismos fines, buscando los mismos ideales de la sociedad y del gobierno y defendiéndolos de los asaltos, ahora de un extremo, ahora del otro .
El historiador Piers Brendon dice que Burke impuso bases morales en el imperio británico, con el trate de Warren Hastings, que fue en última instancia su ruina: cuando Burke declaró que "el imperio británico debía ser gobernado en plan de libertad, porque no sería gobernado por ningún otro",[155] esto era "un bacilo ideológico que resultaría muy mal. Ésta era la doctrina paternalista de Edmund Burke y que el gobierno colonial era un fideicomiso. Debería ser ejercido así para el beneficio de las personas que finalmente lograrían su libertad de nacimiento".[156] Como consecuencia de esta opinión, Burke objetó contra el trato de opio, que el llamaba "Aventura de contrabando" y lo condenaba como "La gran desgracia del carácter británico en India".[157]
En Royal Society of Arts hay una placa que conmemora a Burke en la calle Gerrard 37 en Chinatown en Londres.[158]
Pensamiento religioso de Edmund Burke
[editar]Los escritos religiosos de Burke comprenden sus trabajos publicados y sus comentarios sobre el tema de la religión. El pensamiento religioso de Burke fue castigado en la creencia de que la religión es "la base de la sociedad civil".[159] El criticaba el deísmo y ateísmo, y hacía énfasis en la Cristianidad como vehículo del porgreso social.[160] Nació en Irlanda con una mamá católica y un padre protestante, Burke defendía vigorosamente la Iglesia angelicana, pero también demostraba sensibilidad por las preocupaciones Católicas.[161] El vinculó la conservación del estado (establecido) religioso con las preservaciones de los libertades de los ciudadandos constitucionales y resaltó que la Cristianidad beneficiaba no solo a los creyentes del alma, sino a los arreglos políticos.[161]
Citas falsas
[editar]Cuando los hombres buenos no hacen nada
[editar]La frase "La única cosa necesaria para el triunfo del mal es que los hombres buenos no hagan nada" usualmente es atribuido a Burke, a pesar de que es debatible el origen de esta frase.[162][163] Se sabe que, en 1770 en Pensamientos en la causa del descontento presente, Burke escribió que:
Un tiempo después John Stuart Mill hizo una declaración similar en la inauguración de la Universidad de St. Andrew en 1867:
Los hombres malos no necesitan nada más para dominar sus fines, solo que los hombres buenos miren y no hagan nada.[166]
Aquellos que no saben historia
[editar]Algunas veces también Burke fue acreditado con las frases de George Santayana: "Aquellos que no saben historia están condenados a repetirla." Su atribución a esta frase aún no ha sido corroborado por fuentes confiables.[167]
Bibliografía
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- Thoughts on French Affairs (1791)
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- Letters on a Regicide Peace (1795–97)
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Ver también
[editar]Notas
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Fuentes primarias
[editar]- J. C. D. Clark (ed.), Reflections on the Revolution in France. A Critical Edition (Stanford University Press, 2001).
- Burke's Politics (1949), edited by R. Hoffman and P. Levack
- Burke, Edmund, The Writings and Speeches of Edmund Burke (9 vol 1981– ) vol 1 online; vol 2 online; vol 6 India: The Launching of the Hastings Impeachment, 1786–1788 online; vol 8 online; vol 9 online;
Más lectura
[editar]- Doran, Robert. "Burke: Sublime Individualism" in The Theory of the Sublime from Longinus to Kant. Cambridge: Cambridge University Press, 2015.
- Norman, Jesse. "www.ft.com Edmund Burke: The Visionary who Invented Modern Politics". William Collins, 2014.
Enlaces externos
[editar]- Edmund Burke Society at Columbia University
- Spanish foundation based on Burke's thoughts
- The institute is apolitical and non partisan but not impartial
- Edmund Burke Papers at Gettysburg College
- Burke's works at The Online Library of Liberty
- Burke's "Reflections on the Revolution in France", lightly modified for easier readingTrabajos por Edmund Burke en el Proyecto Gutenberg
- Error in Template:Internet Archive author: Trufy23/Edmund Burke doesn't exist.
- BBC – History – Edmund Burke
- Burke according to Dr Jesse Norman MP at www.bbc.co.uk
- "Edmund Burke for a Postmodern Age", William F. Byrne, Berfrois, 29 June 2011
- The Liberalism/Conservatism of Edmund Burke and F. A. Hayek: A Critical Comparison, Linda C. Raeder. From Humanitas, Volume X, No. 1, 1997. National Humanities Institute.